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Practicar Yoga puede ser malo para tu figura

Ana Ureña el

Mi interés por el Yoga surgió cuando Stella McCartney creó una línea especial con Adidas, para practicar esta tradición milenaria. Sí, soy así de frívola. Me enamoré de una esterilla de Gucci, de un look que llevaba Gwyneth Paltrow para hacer sus asanas y más recientemente me moría por acudir a la clase que impartía en Union Square en Nueva York el hermano de Uma Thurman.

Foto: la modelo Natasha Poly en una foto de Vogue Paris de febrero 2005.

Como no tengo sitio en casa para acumular esterillas, pensé que antes de invertir en el equipamiento fashionista, sería bueno probar a ver qué tal se me daba “el saludo al sol” y” el perro invertido.” Entonces me metí en una clase de Bikram, más conocido como Yoga caliente o Hot Yoga. Consiste en practicar diferentes posturas o (asanas) más dos ejercicios de respiración (pranayamas), en una sala a 40 grados. Durante los 45 minutos de infierno en los cuales no podía casi respirar, en lo único en lo que pensaba era en la fábrica de hongos que había en esa sala caliente. Imposible meditar.

FOTO: la modelo Christy Turlington fotografiada por Steven Klein para la revista Vogue USA de octubre 2002.

Entonces probé una clase a temperatura normal, donde la instructora nos iba guiando, para conseguir la relajación total de nuestro cuerpo. Pero cuando dijo: “nota como tus muelas se relajan“, yo pensé que había una cámara oculta. De lo que realmente tenía ganas era de pegarle a un saco o correr en una cinta.

Pero soy una minoría, porque cada vez más gente se hace adepta al Yoga, pensando que les va a resolver la vida. El Yoga dicen, es la panacea universal. Te centra, te arregla el cuerpo, te da fuerza mental y confianza en ti mismo… hasta cura el acné y nos va a sacar de la crisis.

FOTO: la modelo Veruschka en una foto que se publicó en el año 1972 en Vogue.

Y volviendo al estudio de Yoga de Dechen Thurman (el hermano de Uma Thurman) en Brooklyn: se llena de chicas ideales, con cuerpos de infarto enfundados en mini shorts de marca, maquilladas, ‘botoxeadas’, y con sus melenas ‘post-brushing’ profesional. Todas intentan captar la atención del ‘profe’ y obtener su aprobación. Todas se esfuerzan más allá de sus límites, en una competitividad insana e imparable, que el profesor mismo incita. Alguna, según el alarmante artículo del New York Times, acabará en el hospital.

FOTO: parte de un editorial de moda de la revista Vogue.

Primero, en el Yoga no hay lugar para el ego. Se trata de eliminarlo a través de la meditación, no de inflarlo a través de hacer mejor una postura que el vecino, ni de tener los shorts más molones de la clase.

Segundo, según el artículo, hay muchos más peligros de lo que la gente se imagina, y todos derivan del hecho que el Yoga no es para todo el mundo. Al menos yo, me he dado cuenta a tiempo. Y me he comprado unos guantes de boxeo de Chanel. A ver qué tal se me da.

FOTO: una modelo retratada por la fotógrafa alemana Ellen von Unwerth.

 

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Ana Ureña el

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