Como una madre no hay ‘na’

El ‘robobo’ del primer capítulo de ‘La que se avecina’ ha coincidido con el estreno de ‘¿Quién quiere casarse con mi hijo?‘. En realidad, el mayor robo de LQSA es el casting de QQCCMH. Los personajes de la segunda temporada en el reality de Cuatro solo son comparables a los ficticios de la bruta serie de Telecinco. Aunque las frases del reality son insuperables. “Yo creo que es etéreo”, dice la grandísima madre del gay (Pedro) sobre uno de sus candidatos. O la de esos mellizos que son como Zach y Cody: “A las lagartas tú sabes que las cojo del pelo y las moñeo”. Por no hablar de la cara que pone la madre del pijo cuando Priscilla, la que lleva una bandera estadounidense, le dice si se puede probar sus zapatos.

 Otra vez las madres vuelven a ser las protagonistas. Por eso resulta imposible cambiar el género. ‘¿Quién quiere casarse con mi hija?’ no sería lo mismo porque un padre no da el juego de una madre. Como una madre no hay na, que diría Juanito Valderrama. A ver quién supera a la de Javier, el mejor escupe fuegos de España, afeitando el culo de su crío. O a la de Pedro en cualquier cosa que se proponga hacer o decir. Para darse cuenta del paisanaje, dos detalles: Isidoro (“vendedor ambulante y manchego”) no sabe quién es Dalí y Pedro sólo se ha leído un libro en su vida, la biografía de Ana Obregón.

Poca cosa que decir de esta segunda temporada con respecto a la primera salvo lo que tiene que ver con el acertado casting. Otra vez el artificio vuelve a hacer que el reality sobresalga. La materia prima y lerda, por buena que sea, no es suficiente. Hace falta ese ágil montaje y esa música que ambienta con humor a los personajes (Hombres G, Los Pecos y otras atrocidades). Sólo hay que pensar en ‘Mujeres, hombres y viceversa’ para ver la gran diferencia. Por otro lado, es el triunfo de un elaborado pequeño espectáculo frente a las alharacas de otros más caros. Que la tuna llegara a QQCCMH sí que ha sido inesperado, sobre todo porque el tuno  (“Como ves soy enfermero”) es un pretendiente del candidato gay. La tuna ha perdido halo ‘etéreo’.