Mi abuelo y Delibes (III)
“Hay que levantarse de la mesa conservando un poco de apetito”. Ése fue su secreto. Sesenta y nueve años delgado hasta que el cáncer nos lo arrancó de los brazos y de las vidas, pero no nos dejó desnudos porque…
“Hay que levantarse de la mesa conservando un poco de apetito”. Ése fue su secreto. Sesenta y nueve años delgado hasta que el cáncer nos lo arrancó de los brazos y de las vidas, pero no nos dejó desnudos porque…