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Los insuperables récords de los 80

Los insuperables récords de los 80
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Javier Ramudo Garcia el

Esta semana, el día 26 de julio, se cumplirán 32 años del récord más longevo del atletismo. 32 años del récord de Jarmila Kratochvílová en los 800 metros  donde registró en Munich un tiempo que a día de hoy parece insuperable –  1 minuto, 53 segundos y 28 centésimas. Esta marca no ha sido aún batida y permanece como el récord mundial más antiguo del atletismo, tanto femenino como masculino.

Jarmila Kratochvílová nació el 26 de enero de 1951 – Jeníkov, en la antigua Checoslovaquia. Fue Campeona Mundial en Helsinki 1983 en 400 y 800 metros, además ganó tres campeonatos de Europa en 800 metros y tuvo en su poder las plusmarcas mundiales de 400 y 800 metros lisos, el último como indicamos cumplirá en los próximos días 32 años.

 

Una carrera totalmente atípica 

Entró en la élite del atletismo a los treinta años, sin éxitos importantes precedente y grandes marcas. Era un corredora 400 metros, sin marca oficial en 800, pero en 1983 poco antes de los I Campeonatos del Mundo que se celebraron en Helsinki, participó en una carrera de 800 metros en Múnich y aunque no era una distancia habitual para ella, batió el récord mundial con 1:53.28. Es posiblemente el caso más controvertido en el atletismo. Su aspecto hipermusculado, así como el hecho de que consiguiera sus mejores marcas pasada la treintena, hicieron circular muchos rumores y especulaciones acerca del posible uso de drogas, aunque nunca se encontraron pruebas de ello. Hay que decir de todas formas que a principios de los 80 las pruebas antidopaje estaban poco desarrolladas, y era habitual que muchas sustancias prohibidas no fueran detectadas.

El boicot de los países del Este a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 le impidió conseguir alguna medalla de oro olímpica.

En octubre de 1985 Marita Koch batió en Camberra el récord mundial de los 400 metros con 47.60 segundos, desposeyéndola del récord de esta distancia

Mejores registros

100 metros – 11.09 (Bratislava, 1981)
200 metros – 21.97 (Bratislava, 1981)
400 metros – 47.99 (Helsinki, 1983)
800 metros – 1:53.28 (Múnich, 1983)

 

Estos son los récord del mundo  del atletismo femenino que se consiguieron en los años ochenta y aún perduran en nuestros días.

Prueba Marca Atleta País Fecha Lugar
100 m 10,49 Florence Griffith  Estados Unidos 16/07/1988  Indianápolis, Estados Unidos
(+0,0 m/s)
200 m 21,34 Florence Griffith  Estados Unidos 29/09/1988  Seúl, Corea del Sur
(+1,3 m/s)
400 m 47,6 Marita Koch  Alemania Oriental 06/10/1985  Canberra, Australia
800 m 01:53,3 Jarmila Kratochvílová  Checoslovaquia 26/07/1983  Múnich, Alemania
100 m vallas 12,21 Yordanka Donkova  Bulgaria 20/08/1988  Stara Zagora, Bulgaria
(+0,7 m/s)
Altura 2,09 m Stefka Kostadinova  Bulgaria 30/08/1987  Roma, Italia
Longitud 7,52 m Galina Chistyakova  Unión Soviética 11/06/1988  Leningrado, Rusia
(+1,4 m/s)
Peso 22,63 m Natalya Lisovskaya  Unión Soviética 07/06/1987  Moscú, Rusia
Disco 76,80 m Gabriele Reinsch  Alemania Oriental 09/07/1988  Neubrandenburg, Alemania
Jabalina 72,28 m Barbora Špotáková  República Checa 13/09/2008  Stuttgart, Alemania
Relevos 03:15,2 Tatyana Ledovskaya  Unión Soviética 01/10/1988  Seúl, Corea del Sur
Olga Nazarova
Mariya Pinigina
Olga Bryzgina
Heptatlón 7.291 puntos Jackie Joyner-Kersee  Estados Unidos 23-24/09/1988  Seúl, Corea del Sur

 

Entre ellos destacan también los de 100 y 200 metros lisos. Récord que ostenta Florence Griffith.

Carrera meteórica 

En 1983  Florence Griffith  participó en los I Campeonatos del Mundo celebrados en Helsinki, donde fue 4ª en los 200 m.

Al año siguiente consiguió la medalla de plata de los 200 m en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984, solo superada por su compatriota Valerie Brisco-Hooks.

Después de los Juegos, Griffith se casó con el también atleta Al Joyner, campeón olímpico de triple salto y hermano de la atleta Jackie Joyner-Kersee (a su vez casada con Bob Kersee, entrenador de Florence), y temporalmente se apartó del atletismo. Parecía que esto era casi una retirada, sin embargo lo mejor estaba por llegar.

Con las miras puestas en los Juegos Olímpicos de 1988, Florence reapareció en los Mundiales de Roma en 1987, donde volvió a acabar segunda en los 200 m, esta vez superada por la alemana Silke Gladisch. Además ganó una medalla de oro en los relevos 4 x 100 m.

1988 el gran año de Griffith. El año de los récords.

 

En los trials de Indianápolis, pruebas para clasificarse para los Juegos de ese año, corrió los 100 metros en unos asombrosos 10,49, una plusmarca del mundo que pulverizaba la anterior de 10,76 que tenía Evelyn Ashford, y que aun hoy continúa siendo casi inalcanzable para cualquier atleta femenina.

Ya en los Juegos de Seúl de 1988, su actuación fue realmente memorable, ganando las medallas de oro en 100 m, 200 m y relevos 4 x 100 m, además de una plata en los relevos 4 x 400 metros. A destacar que en la prueba de 200 metros , batió por dos veces la plusmarca mundial, una en semifinales y otra en la final, siendo los 21,34 de esta última la actual plusmarca mundial de la prueba. Poco después de los Juegos Olímpicos, con 29 años y en la cúspide de su carrera, anunció su retirada de las pistas. Convertida en el ídolo mediático del momento, se dedicó a la publicidad, promocionando toda clase de productos. Tuvo su propia línea de ropa, e incluso sacaron una muñeca llamada Flo-Jo.

De forma sorprendente, el 21 de septiembre de 1998, con 38 años, moría víctima de una apoplejía cerebral.

A Florence Griffith se la recuerda sobre todo por dos cosas:

La primera, por su imagen aparatosa, con unas ropas y maquillajes espectaculares que la hacían inconfundible en las pistas de atletismo, destacando por encima de todo sus larguísimas y decoradas uñas. Esto contribuyó a aumentar su popularidad y a realzar sus impresionantes logros deportivos.

La segunda, al igual que ocurre con Jarmila Kratochvílová, por las sospechas en torno a sus portentosas cualidades y el posible uso de métodos ilícitos para aumentar su rendimiento, unas sospechas que tenían como base el propio aspecto también hipermusculado de Florence, que además se había incrementado de forma notable en muy poco tiempo Su temprana muerte a los 38 años reactivó la polémica en torno a las causas que la habían provocado, posiblemente relacionadas con los productos consumidos en su etapa como atleta.

Ninguna de las dos atletas fueron nunca suspendida por dopaje. Sus récord permanecerán por muchos años más. Son récords que a día de hoy parecen inalcanzables.

 

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Javier Ramudo Garcia el

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