Lo primero que hay que hacer con el nuevo Z Flip es superar el «efecto Wow». Aún no estamos acostumbrados a ver teléfonos plegabes, y resulta fácil dejarse llevar por la fascinación de esa novedad a la hora de probarlo. Lo cierto es que, esta vez sí, Samsung ha acertado con el formato. Su primer plegable, Galaxy Fold, un híbrido entre móvil y tablet demostró que, fallos de diseño y roturas aparte, ese tipo de terminal, con su gran pantalla cuadrada, servía para bien poco, y desde luego no para ver vídeos, juegos y otros contenidos multimedia.
Pero ahora es distinto. Cerrado, el Z Flip es como una especie de polvera cuadrada, delgada, de aspecto elegante y superficie de cristal, con unas dimensiones de apenas 73.6 x 87.4 x 17.3mm. Abierto, sin embargo, nos topamos con una fantástica pantalla de 6,7 pulgadas Dynamic OLED de vidrio pegable, con resolución de 2.636 x 1.080 pixeles y una densidad de 425 ppp. Desplegado, sus dimensiones son de 73.6 x 167.3 x 7.2mm. El peso es de 183 gramos.
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