Hace entre 110.000 y 12.000 años, la Tierra sufrió una intensa glaciación, conocida como la última edad de hielo. Durante aquél gélido periodo, los polos se extendieron casi hasta los trópicos, y fue tanta la cantidad de agua «atrapada» en forma de hielo que el nivel del mar quedó muchos metros por debajo del actual.
Eso significa que grandes extensiones de terreno que hoy se encuentran bajo el agua estaban, entonces, expuestas. Y eso, por supuesto, incluye también a la parte meridional del Mar del Norte. En otras palabras, en aquellos momentos Gran Bretaña estaba físicamente conectada al continente europeo por una fértil llanura que los científicos han llamado Doggerland.
Más tarde, una vez terminada la glaciación, una buena parte del hielo polar se derritió, lo que causó un aumento del nivel del mar en todo el mundo. El perfil de las costas cambió para siempre y grandes masas de tierra quedaron irremediablemente bajo las aguas. Hace unos 8.200 años, en efecto, lo único que quedaba de Doggerland, que tras la edad de hielo se fue haciendo cada vez más pequeña, era una isla, llamada Dogger, rodeada por un pequeño archipiélago.
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