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Blogs Ciencia y Tecnología por José Manuel Nieves

Se jubila “Roadrunner”, el superordenador más potente en 2009

José Manuel Nievesel

“Roadrunner” (“El correcaminos”), el superordenador del Laboratorio Nacional Los Álamos en Nuevo México, tiene sólo cinco años y es uno de los más potentes del mundo. En 2009 llegó incluso a liderar esta clasificación, pero ahora ha quedado obsoleto y se ha tomado la decisión de retirarlo para proceder a su desguace.

Diseñado por IBM junto al Laboratorio de Los Álamos en 2008 con un coste de 75 millones de euros, alcanzó 1,026 petaflops en junio de ese año. De hecho, fue el primer ordenador que logró pasar por primera vez de los mil billones de operaciones por segundo (un petaflop). Para conseguirlo, incorpora 12.000 procesadores tipo PowerXCell 8i mejorados (los de la Play Station 3), colocados en paralelo y 6.912 procesadores Opteron de AMD, unidos mediante 92 kilómetros de fibra óptica. Funcionaba con el sistema operativo Red Hat Enterprise Linux.

La ley de Moore establece que cada dos años se duplica el número de transistores en un circuito integrado, lo que llevado al terreno de los ordenadores significa que la potencia de los nuevos equipos puede superar con creces a sus predecesores. La competencia tecnológica, de hecho, es feroz. A “Roadrunner” le arrebató el título de ordenador más poderoso del planeta otro conocido como Jaguar. Éste tuvo que ceder el cetro ante el poderío del superordenador chino Tianhe-1A. Y de nuevo la misma historia ante la supercomputadora Fujitsu K., de origen japonés. Aunque lejos queda ya aquél primer petaflop del correcaminos. Ya vamos, en efecto, por los 17 petaflops de “Titan” y “Sequoia”.

El propósito original del Roadrunner fue controlar la seguridad del arsenal de armas nucleares de Estados Unidos, pero posteriormente se ampliaron sus tareas a otros campos como el estudio del clima, la astronomía o el genoma humano. Pero en apenas cinco años su rentabilidad ha quedado en entredicho, tanto por la gran cantidad de electricidad que necesita para su pleno rendimiento como por el alto coste de su mantenimiento. Su puesto en el laboratorio de Nuevo México lo ocupará ahora “Cielito”, la nueva “bestia” cibernética del momento.

Ciencia José Manuel Nievesel

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