¿Podría la vida terrestre haber llegado hasta lugares tan remotos como Europa o Encelado, entre las lunas más prometedoras del Sistema Solar? Jay Melosh, geofísico de la Universidad norteamericana de Purdue, cree que sí, aunque las posibilidades son escasas. Y para demostrarlo presentó hace apenas unos días un estudio durante la última conferencia de la Unión Geofísica Americana, celebrada en San Francisco.
Algunos investigadores, Melosh entre ellos, creen firmemente que la vida es capaz de pasar de un mundo a otro gracias a la acción de los meteoritos. Tras sus impactos, razonan estos científicos, numerosos escombros salen despedidos de nuevo al espacio, y si alguno de ellos contiene material biológico o incluso seres vivientes, ese material podría llegar hasta otros mundos de nuestro sistema y «sembrar» la vida en ellos.
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Ciencia