A la derecha, junto a un ratón en estado normal, uno de los que entró en estado de hibernación. Su temperatura corporal bajó de los 36 a los 22 grados – Universidad de Tsukuba
Lo hemos visto tantas veces en el cine que incluso llega a parecer algo normal. En las películas de ciencia ficción, en efecto, es habitual ver cómo los astronautas entran en hibernación para, de ese modo, cruzar la inmensidad del espacio. En ese estado, el tiempo biológico se detiene, y la nave puede viajar durante décadas enteras sin que sus ocupantes envejezcan ni un solo día. Además, la hibernación reduce considerablemente el consumo de alimentos y oxígeno por parte de las tripulaciones, así como su desgaste muscular en condiciones de gravedad cero. Por último, un estado de inconsciencia prolongada durante el viaje espacial podría también minimizar los problemas psicológicos de los sufridos astronautas. Aunque eso, repetimos, es en las películas. ¿Pero podrán los seres humanos llegar realmente hibernar algún día.
En la Naturaleza abundan las especies que son capaces de entrar en estado de animación suspendida. Otras, sin embargo, sencillamente no pueden. ¿A qué se deben estas diferencias? Y sobre todo, ¿tienen todos los animales el potencial de hibernar, incluso si nunca lo hacen en la Naturaleza?
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Ciencia