Hoy se cumplen cinco años del aterrizaje de la sonda Huygens sobre la superficie de Titán, una hazaña espacial comparable a la del envío de los primeros hombres a la Luna. Con ese motivo, y bajo los auspicios de Cosmocaixa, los principales investigadores de esa histórica misión se reúnen hasta el próximo viernes en Barcelona para poner en común sus trabajos y preparar el terreno para una futura expedición al mundo que, entre todos los conocidos, más se parece a la Tierra. Abc.es ha hablado con José Juan López Moreno, astrónomo del CSIC, experto en el estudio de atmósferas planetarias, responsable de uno de los instrumentos científicos de la misión Huygens y el principal organizador del evento.
Fue en un día como hoy, hace exactamente cinco años. El 14 de enero de 2005, tras un viaje de casi 1.200 millones de kilómetros acoplada a la nave Cassini (que aún estudia el sistema de Saturno y sus satélites), la sonda Huygens se precipitó, en una misión suicida, contra la superficie Titán, posiblemente la más enigmática de las lunas de Saturno.
Durante dos horas y 28 minutos, el ingenio diseñado conjuntamente por Europa y Estados Unidos descendió a través de una anaranjada atmósfera de hidrocarburos mucho más densa que la de la Tierra, pero que sin embargo se parece a ella más que la de ningún otro mundo conocido por el hombre.
Nadie sabía si Huygens sobreviviría al impacto contra la superficie. Pero lo hizo. Y durante 72 largos minutos tras su aterrizaje, sus instrumentos transmitieron una enorme cantidad de valiosos datos a la Tierra. Datos que aún hoy, cinco años después, siguen estudiándose y asombrando a los científicos. Titán, su atmósfera, es la misma, o muy parecida, a la que tenía nuestro propio planeta hace más de 3.500 millones de años, cuando aún era muy joven. Y es el único mundo, además de la Tierra, donde es posible la existencia de líquidos estables.
– ¿Por qué celebrar este encuentro precisamente en Barcelona?
– Por muchas razones. Por un lado, España fue uno de los países participantes en la misión Huygens y hace ya un año y medio decidimos intentar organizar el quinto aniversario del aterrizaje en Titán. Además fue aquí, en Barcelona, donde el astrónomo español Josep Comás i Solá, detectó, en 1908, que Titán podía tener una atmósfera. Él se dio cuenta de que el brillo de Titán disminuye a medida que nos acercamos al borde, y eso indica la presencia de una atmósfera. En la Luna, por ejemplo, eso no pasa. Observó el fenómeno y fue el primero que habló de la presencia de una atmósfera en Titán. Algo que no se pudo comprobar hasta que se inventó la espectroscopia en los años 40.
– ¿Cuál es el objetivo de esta reunión?
– No se trata de revelar nuevos datos, sino de poner en común las muchas investigaciones que se están realizando a partir de ellos. Aún se están analizando los los datos de la Huygens, que se construyó sin las especificaciones necesarias para garantizar su supervivencia tras el aterrizaje, algo que habría disparado los costes de la misión. Nos conformábamos con que sobreviviera durante el descenso. Pero a pesar de ello, sobrevivió durante tres horas en la superficie y consiguió transmitir datos desde allí durante más de setenta minutos. Esos datos se están utilizando ahora para diseñar nuevas misiones de exploración a esa luna de Saturno, que espero que no tarden mucho en estar preparadas.
– La misión Cassini-Huygens fue, y es, un éxito sin precedentes…
– En efecto. Se trata de un reto técnico comparable al mandar hombres a la Luna y hacerlos regresar. Colocar instrumentos científicos a 1.200 millones de km. de distancia, y atravesar con ellos la atmósfera de Titán, muchas veces más densa que la Tierra, es un hito científico y tecnológico. Y gracias a él se consiguió explorar por primera vez el mundo más parecido a la Tierra que existe en el Sistema Solar.
– ¿Más parecido que Marte o Venus?
– Sí. Titán se parece a la Tierra más que cualquier otro planeta. Marte o Venus pueden parecerse más en tamaño, pero la atmósfera de Titán es la única que de verdad se parece a la de la Tierra. Se supone que es como era la nuestra hace 3.500 millones de años… Y además es el único cuerpo del Sistema Solar, además de nuestro propio planeta, donde es posible la presencia de líquido, que es un estado muy raro de encontrar. Lo más corriente es encontrar plasma o gas. Incluso aquí, en la Tierra, sólo resisten como líquidos estables el agua y el mercurio. En Titán no hay agua líquida, pero sí metano y etano (en la imagen). Grandes lagos de metano comparables en tamaño a los terrestres. En ningún otro lugar del Sistema Solar sucede algo parecido. En la superficie de ningún otro mundo. Y eso, el estado líquido, es algo fundamental en un montón de procesos químicos, entre ellos la vida.
– Usted fue el investigador principal de uno de los instrumentos de la Huygens…
– Sí, en concreto del HASI (Huygens Atmospheric Structure Instrument), que estudiaba las propiedades físicas de la atmósfera. Se consiguió medir el perfil de temperatura. Queríamos ver también si había actividad eléctrica, relámpagos, pero no los pudimos detectar. Llevábamos un sensor eléctrico y otro acústico, pero no hubo suerte. Aunque sí medimos la conductividad de la atmósfera.
– También ha participado usted en otras misiones interplanetarias importantes…
– Sí, he sido investigador en misiones como Venus Express, Mars Express y Rosetta, que por cierto hace poco que sobrevoló el cometa Stein. Los resultados se acaban de publicar en la revista Science, en un artículo del que soy coautor.
– ¿De qué hablarán los astrónomos durante estos días?
– Los investigadores pondrán en común estos días sus últimos trabajos. Hacía años que no nos juntábamos todos. Y están todos, excepto unos pocos que ya se han jubilado. Mañana y pasado se dedicarán a repasar lo que ya hemos aprendido sobre Titán. Y a enumerar las nuevas preguntas que han ido surgiendo. Por eso es necesario enviar otra misión allí. Los investigadores hablarán también de cómo deberían ser las nuevas misiones que se envíen a Titán.
– ¿Qué aprenderemos de Titán?
– De Titán aprenderemos, y hemos aprendido, cómo era el pasdado de la Tierra. Y eso que sólo hemos sondeado una parte de Titán y en unas determinadas condiciones, lo que no es en absoluto suficiente. Es como si una nave aterrizara en la Tierra en pleno desierto del Sahara y pretendiera extraer conclusiones sobre el planeta. Si después se enviara otra, por ejemplo, al Amazonas, parecería que se trata de dos planetas diferentes. Por eso hay que regresar allí. La Cassini, que sigue estudiando Saturno y sus lunas en la actualidad, está haciendo un trabajo excelente, más de diez veces superior a lo previsto. Pero no es suficiente.
– ¿Quiere transmitir algún mensaje en especial?
– Me gustaría dejar el mensaje de que la misión Cassino-Huygens ha sido un paso importantísimo en la historia científica de la Humanidad y que, por tanto, no debe ser desperdiciado. El mensaje es que hay que volver a Titán. Cassini ha sido una misión conjunta y un ejemplo de colaboración entre ESA y NASA. Cuando NASA estuvo a punto de abandonar por falta de fondos, ESA escribió al presidente de EEUU pidiéndole que no recortara los presupuestos, y lo consiguió. Sólo la NASA no lo habría logrado, y la ESA sola no habría tenido la suficiente capacidad tecnológica.
Ciencia José Manuel Nievesel