Gracias a los programas de retorno industrial de la ESA, España recibe del espacio más dinero del que invierte en él. Y eso es algo bueno para nosotros, aunque no tanto para la Agencia Espacial Europea (ESA), a la que le gustará equilibrar la balanza. Como prueba de la pujanza del sector en nuestro país, ayer y hoy se celebra en Madrid el primer Congreso del Espacio, donde los principales actores y expertos en tecnología y ciencias espaciales se han dado cita para repasar la situación española y sus perspectivas de futuro. Un futuro, por cierto, que se presenta despejado. Entre los asistentes, destacó la presencia del director general de la Agencia Espacial Europea, Johann-Dietrich Wörner que concedió una entrevista a ABC para hablar de los próximos y apasionantes proyectos europeos en el espacio. Luna, Marte, cosmología… pero también telecomunicaciones cuánticas y observación de la Tierra forman parte de nuestras actividades en la última frontera.
-¿Cuáles son las misiones más importantes de la ESA para los próximos años?
Soy el director general, y no puedo decir cuál es la misión más importante para mi, porque a los demás directores de misión no les gustaría. Creo que tenemos muchas misiones inspiradoras para los próximos años. Iremos a Marte, para buscar vida. Tenemos Cheops, que se lanzará este año para buscar exoplanetas, un tipo de investigación que acaba de ser premiada con el Nobel. En resumen, tenemos una serie de misiones muy bonitas en el área de Ciencia y Exploración. Pero también en telecomunicaciones, donde estamos trabajando en Comunicaciones cuánticas seguras, imposibles de interceptar.
-Precisamente en este campo, los chinos han anunciado grandes avances en los últimos tiempos…
Sí, pero basados en tecnologías europeas, concretamente de Austria. Le contaré la historia. Fue un científico austríaco el que propuso que Europa lo hiciera, pero los europeos dijeron que no les interesaba. Así que se fue a China, lo cual fue una pena para mi. Pero ahora lo hemos arreglado, y nosotros también lo hacemos, y muy bien, tanto con comunicaciones cuánticas desde el espacio a la Tierra como entre satélites. Estamos pasando a un nuevo nivel, que es el de tener comunicaciones completamente seguras, imposibles de interceptar.
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