Dos investigaciones sostienen que un gen transmitido por un antiquísimo virus podría estar en el origen el pensamiento complejo.
En lo más profundo de nuestro cerebro, allí donde se genera nuestro pensamiento consciente, reside un antiguo virus, que nos acompaña desde antes de que nos convertimos en humanos.
Según dos investigaciones recién aparecidas en la revista Cell, en efecto, ese virus unió su código genético al genoma de los animales que se desplazaban sobre sus cuatro patas. Y resulta que ese diminuto, pero importante fragmento de código permanece aún, en nuestros días, muy vivo y activo en el cerebro de los humanos, donde cumple la tarea de “empaquetar” información genética y enviarla desde unas células nerviosas a otras, en forma de pequeñas cápsulas que se parecen extraordinariamente a los virus mismos.
La cuestión es que, según los investigadores, esos diminutos paquetes de información podrían estar en la base misma del sistema por el que los nervios se comunican entre sí y se reorganizan a lo largo del tiempo, tareas que resultan de la máxima importancia a la hora de elaborar el pensamiento superior.
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Ciencia