La formación del Sol, del Sistema Solar y la posterior aparición de vida en la Tierra pudo haber sido una de las consecuencias del impacto de nuestra galaxia, la Vía Láctea, con otra más pequeña, Sagitario, descubierta en 1990 y que en la actualidad forma parte del grupo de galaxias enanas que orbitan alrededor de la nuestra.
Los astrónomos ya sabían que Sagitario había impactado en varias ocasiones contra el disco de estrellas de la Vía Láctea, y en estudios anteriores ya se sugirió que eso había tenido un profundo efecto en el modo en que las estrellas se mueven dentro de nuestra galaxia. Algunos incluso llegaron a afirmar que la forma espiral de la Vía Láctea, 10.000 veces más masiva que Sagitario, se debe en buena parte a los tres impactos que se sabe que sucedieron durante los últimos 6.000 millones de años.
Leer AQUÍ el artículo completo
Ciencia