El hecho de que el tiempo fluya en una única dirección, desde el pasado hacia el futuro, constituye uno de los mayores misterios de la Física. En nuestra vida cotidiana, las cosas y las personas envejecen, no al revés, y los huevos se fríen, pero nunca nadie ha visto un huevo frito volver a convertirse en un huevo crudo. Existe, pues, una ‘flecha del tiempo’. Y esa flecha siempre apunta en la misma dirección.
Sin embargo, en las fórmulas y las ecuaciones que describen las leyes fundamentales de la Naturaleza, es posible invertir la dirección del tiempo y efectuar los cálculos sin mayores problemas. Todas esas leyes (menos una que dicta cómo debe ser la desintegración de
las partículas fundamentales) funcionan igual de bien hacia el pasado que hacia el futuro. La Física, pues, contra toda lógica aparente, parece sugerir que podrían darse muchos fenómenos en los que el tiempo se moviera justo en la dirección contraria a la que todos lo percibimos.
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Ciencia