Hace ya mucho tiempo que los astrónomos tienen la vista puesta en Encélado, una de las lunas más enigmáticas de Saturno. Años de estudio y de sobrevuelos de varias misiones espaciales (desde la Voyager, en los años 70, a la más reciente Cassini) han revelado un mundo helado, geológicamente activo y totalmente cubierto por una gruesa capa de hielo. Pero no solo eso. Encélado, que con sus cerca de 500 km de diámetro es la sexta mayor luna de Saturno, esconde bajo esa capa helada un océano de agua líquida. Un océano global y que se mantiene relativamente caliente debido a la más que probable presencia de fuentes hidrotermales, similares a las que existen en los fondos oceánicos de la Tierra.
Para colmo, en 2017 la NASA anunció que el análisis del vapor de agua que los potentes géiseres de la superficie del satélite expulsan al espacio había revelado la presencia de hidrógeno molecular (H2), una fuente potencial de alimento para numerosos tipos de microorganismos. Por todo ello, Encelado se considera como uno de los lugares más prometedores del Sistema Solar a la hora de albergar vida.
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Ciencia