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Blogs Ciencia y Tecnología por José Manuel Nieves

650 millones de años: descubren el animal más antiguo del mundo

José Manuel Nievesel

Podrían ser los animales más antiguos descubiertos hasta ahora. Han sido hallados en Australia, y su sola presencia ha bastado para retrasar casi noventa millones de años el momento de la aparición de las primeras formas de vida compleja en la Tierra. Se trata de primitivas esponjas de apenas un centímetro de longitud, y todo indica que son los primeros animales que poblaron los océanos de nuestro mundo hace cerca de 650 millones de años. El hallazgo acaba de aparecer en Nature Geoscience.

Los animales más antiguos conocidos hasta ahora, dos organismos marinos, vivieron hace 550 millones de años. Pero el trabajo de Adam Maloof y Catherine Rose, de la Universidad de Princeton, supera ampliamente esa fecha. La diferencia temporal equivaldría a retrasar la era actual hasta el Cretácico, en pleno apogeo de los dinosaurios.

Los científicos encontraron los fósiles mientras investigaban los efectos de la terrible glaciación que marcó el final del Periodo Criogénico, hace 635 millones de años. Aparecieron en las grietas y agujeros de un bloque de estromatolitos, que son antiquísimas estructuras orgánicas que se forman en aguas someras a partir de colonias de cianobacterias y que ya existían en la Tierra hace por lo menos 3.500 millones de años. “Pensamos que estas alfombras microbianas construyeron un sustrato parecido a un arrecife, y que estas esponjas crecían encima, sacando partido de su altura”, explica Maloof.

El descubrimiento constituye la primera evidencia directa de que la vida animal ya existía antes (y probablemente sobrevivió durante) la glaciación más severa sufrida por la Tierra, un periodo conocido como “Tierra bola de nieve” durante el que, al final del Criogénico, la mayor parte del planeta quedó cubierta por hielo.

“Estamos acostumbrados a encontrar rocas llenas de restos de barro incrustado -comenta Maloof- y al principio creíamos que era eso lo que estábamos viendo. Pero entonces nos dimos cuenta de que había determinadas formas y patrones que se repetían y que podíamos ver por todas partes. Nos dimos cuenta de que habíamos tropezado con alguna clase de organismo y decidimos analizar los fósiles”.

“Nadie esperaba que encontráramos animales que vivieron antes de la edad de hielo -prosigue el científico- y dado que los animales probablemente no evolucionaron dos veces, nos enfrentamos de repente a la cuestión de cómo los parientes de estos habitantes de los arrecifes lograron sobrevivir a la Tierra bola de nieve”. En la imagen de debajo, Maalof sujeta una de las rocas en las que han aparecido los fósiles, que aarecen en tonos rojizos.

Pero analizar esos fósiles no iba a ser una tarea fácil, ya que su composición y localización hacía imposible extraerlos de la roca para estudiarlos con los métodos convencionales. Así que los científicos decidieron utilizar rayos X. Sin embargo, los rayos X sólo son capaces de mostrar materiales con densidades diferentes, que es lo que permite ver los huesos del interior del cuerpo humano o un cuerpo en el interior de una roca. Y los fósiles más antiguos ya no están hechos de hueso, sino de calcita, exactamente el mismo material de las rocas que les rodean.

Por esa razón los rayos X no fueron suficientes para “iluminar” los fósiles recién descubiertos, y los científicos tuvieron que desarrollar y refinar otro método muy diferente. Maloof, Rose y sus colaboradores recurrieron a una empresa de diseño y modelación digital para crear un modelo en tres dimensiones de dos de los fóisiles individuales dentro de la roca.

Para conseguirlo, los miembros del equipo fueron raspando capas de 50 micras de espesor de la roca (la mitad del espesor de un cabello humano), y fotografiando la superficie pulida a cada paso. El equipo raspó y fotografió 500 capas diferentes de la roca. Una de esas imágenes es la que encabeza este artículo. La zona en la que se encuentran los fósiles está coloreada en azul.

Después, y utilizando un software especialmente diseñado para el experimento, los investigadores “apilaron” las imágenes obtenidas una sobre otra hasta crear un modelo tridimensional completo de la criatura. Un pequeño animal alargado y en forma de gusano, con una especie de red de canales en su interior.

Al principio creyeron que podía tratarse de ejemplares del ya conocido Namacalathus, una antigua criatura en forma de copa, con un cuerpo largo terminado en una bola hueca, pero pronto se dieron cuenta de que estaban ante alguna clase de esponja, ya que la red de canales corporales sugería que se trataba de criaturas que filtran el agua para alimentarse de los microorganismos que flotan en ella.

Ciencia José Manuel Nievesel

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