Los cambios de temperatura pueden representar una amenaza para la salud, es por ello que hay que considerar si el uso del aire acondicionado cuando llevamos a un bebé en el coche es adecuado o no.
La clave está en la moderación y el sentido común. Trata siempre, en la medida de lo posible, de evitar los trayectos en coche durante las horas más calurosas y procura vestirlo con ropa fresca si hace calor. Pero recuerda que lo más importante es evitar que la diferencia entre la temperatura exterior y la del coche sea muy distinta, es decir, que no supere los 10 grados de diferencia. A veces, en el afán de refrescar rápidamente el coche colocamos el aire en máxima potencia y esto puede ser contraproducente para la salud.
Nunca coloques a tu bebé justo frente al conducto donde sale el aire, pues lo más conveniente es que no le llegue directamente la corriente fría. Las temperaturas extremas afectan a las mucosas respiratorias y producen irritaciones que pueden derivar en procesos respiratorios agudos.
¡Recuerda que a veces con simples acciones podemos protegerlos a nuestros pequeños mucho más!
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