Teresa Zafra el 22 oct, 2013 Aunque no haya bebés cerca, a nadie se el escapa que tener un hijo supone un gasto importante. Algunos tienen la suerte de heredar muchas cosas, otros menos, pero, quién más o quién menos, se ve en la situación de tener que hacer frente a una partida importante de gastos extraordinarios. Asombra la diferencia entre elegir unas compras u otras: cochecitos, cunas, tronas o silla de coches tiene precios tan diferentes según las marcas y modelos que cuesta mucho averiguar cuáles queremos (o podemos) tener en casa. Algunas veces la decisión no tiene consecuencias importantes: 1. Ikea, 2. Baby Bites, 3. Baby Barolo 1. Zara, 2. Smallable, 3. Little Marc Jacobs Otras puede tratarse más de un tema funcional 1. Babybjörn, 2. Stokke, 3. Leander Pero en determinados campos, el tema se vuelve peliagudo. Nuestro último desafío ha sido comprar una sillita de coche, y, con la seguridad de nuestro bebé en caso de accidente como tema principal, nos ha costado más de cuatro meses decidirnos por una. Apoyados por diversos estudios comparativos (de la OCU, la Fundación Mapfre y del RACE), hemos conseguido encontrar un equilibrio entre precio y calidad que nos parece adecuado, pero nos ha costado tiempo y esfuerzo. Me surge la duda, como en muchas otras cosas ¿lo más caro es mejor? ¿es peor lo más barato? ¿Cómo saber con certeza si lo que decides pagar de más realmente corresponde a una mayor calidad? Profundizaré en este tema en sucesivos posts porque da para rato. embarazomaternidad Comentarios Teresa Zafra el 22 oct, 2013