Si hay algo que no se puede decir de las autoridades gibraltareñas es que se hayan quedado de brazos cruzados tras el batacazo que les supuso la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea, y eso que, posiblemente, sea el golpe más duro que han recibido desde que el Gobierno de Franco decidió cerrar la Verja en 1969.
Lo que ha hecho, por el contrario, es intensificar sus esfuerzos para mantener lo que realmente les importa: la lucrativa actividad de su centro financiero de cuyos beneficios viven una gran parte de los gibraltareños.
El objetivo fundamental, el plan A, es poder seguir contando con los beneficios del mercado único europeo. Pero eso no es tarea fácil, si como dicen los más duros de Bruselas, “Brexit es Brexit”, o sea que la salida es una salida total. Y eso, claro afectaría también a la colonia británica, entre otras razones, porque España no aceptaría jamás el mantenimiento del mercado único para Gibraltar, mientras el territorio no pasara a estar bajo soberanía española, o al menos bajo cosoberanía con el Reino Unido.
Y como los “llanitos” no quieren ni oir hablar de ser españoles, están ya manos a la obra en un plan B, que ha explicado muy bien un trabajo periodístico de Angus Berwick y Carolyn Cohn, de la Agencia Reuters, con el expresivo titulo de “Gibraltar busca reiventarse tras el Brexit”, que me he permitido utilizar para encabezar este artículo.
En síntesis, lo que se plantean las autoridades gibraltareñas es intentar que su centro financiero siga trabajando con su privilegiado estatus, aunque los objetivos y los clientes cambien.
La colonia alberga un centenar de fondos regulados que manejan unos 3.000 millones de libras (cerca de 3.500 millones de euros) y, entre otras cosas, es una importante ubicación para la industria aseguradora británica, con el 20 por ciento de la aseguradoras automovilísticas radicadas allí. El atractivo régimen fiscal que ofrece Gibraltar, con un impuesto de sociedades del 10 por ciento y regulaciones de fácil acceso han llevado a muchas empresas a fijar su sede allí, como una plataforma ideal desde la que operar en la Unión Europea. Se calcula que los servicios financieros representan alrededor de un tercio de la economía gibraltareña.
A tenor de lo que ha declarado a Reuters Albert Isola, ministro de Servicios Financieros y Juego de Gibraltar, el territorio se reinventará como punto de entrada para firmas de la UE que quieran acceder al mercado británico a través del atractivo régimen fiscal y regulatorio del Peñón. “Estar fuera de la UE es una oportunidad, no una amenaza”, dice Isola.
Si, como consecuencia del “Brexit”, las firmas financieras en Reino Unido y Gibraltar dejan de poder ofrecer sus servicios en otros países de la UE, la opción que se plantean las autoridades gibraltareñas es centrarse en el mercado británico, que seguirá siendo uno de los más grandes de Europa. Es decir, que se trataría de ofrecer esas ventajas que ahora tiene la colonia a aquellas empresas europeas o no europeas que quieran hacer negocios en el Reino Unido.
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