La Gran Belleza
No imagino mayor premio que el de observar un atardecer en Roma, desde la hamaca de una terraza privilegiada, con la compañía adecuada. Y soñar. Para los que conocemos Roma de verdad, ese caos circulatorio, esa mezcla de ruidos de…
No imagino mayor premio que el de observar un atardecer en Roma, desde la hamaca de una terraza privilegiada, con la compañía adecuada. Y soñar. Para los que conocemos Roma de verdad, ese caos circulatorio, esa mezcla de ruidos de…