La suplencia de Casillas: el debate nacional

“Íker, Íker, Íker”. Este fue el recibimiento de la afición del Granada, el pasado lunes por la noche en los aledaños de Los Cármenes, al portero del Real Madrid. Pero Íker ni se inmutó. Casillas salió cabizbajo del autobús del equipo y se fue a los vestuarios con su soledad, la mirada perdida y el rostro impertérrito ante el vacío que se presenta ante los ojos de un doble campeón de Europa con el Madrid y con España, y campeón del Mundo con la Selección.

Las aficiones rivales le corean; el Santiago Bernabéu (excepto un sector del fondo sur) le adora; la gran mayoría de la prensa, por no decir toda, se pasa 24 horas al día recitando soliloquios panegíricos del mostoleño; el resto de porteros del planeta le considera el número uno (no sólo de ahora, sino de la historia del fútbol); el seleccionador nacional también; la FIFA, por descontado, tras nombrarle en 2012 el mejor guardameta del mundo por quinta vez consecutiva. Entonces, ¿Por qué Casillas no es el portero titular del Real Madrid? ¿Qué puede llevar a dos entrenadores, como Mourinho y Ancelotti, tan antagónicos y con motivos bastante distanciados a la hora de tomar la decisión, a sentar en el banquillo al mejor portero del mundo según el 99% del planeta futbolístico? Sólo Íker tiene la respuesta. Íker Jiménez digo… no Casillas.

Fuera chascarrillos, respetar que el que decide es el técnico. Que para eso le pagan una morterada: para elegir a 11 jugadores cada tres días de una plantilla de 25 integrantes. Eso sí, como todos llevamos un entrenador dentro, este tema se ha convertido en un asunto de Estado. El conflicto de Gibraltar o la situación prebélica en Siria son un ‘detalle’ al lado de la suplencia de Casillas. Es el gran debate nacional. En el bar, en el chiringuito, en el restaurante, en la playa, en la piscina, en el pueblo, en el trabajo, en casa, en el gimnasio, en el supermercado, en la peluquería, en Twitter, en Facebook, en Tuenti, en la tele, en la radio, en la prensa, en internet… y si me apuran, hasta en la luna. No hay rincón de este país tan escondido al que no llegue este ‘tsunami’. Todos quieren opinar del asunto. Y bien que hacen. En su derecho están. De hecho, reconocidos periodistas nacionales como Julia Otero, Ana Pastor o Raquel Pardo. Internacionales, como Fernando Palomo. Cómicos, como Raquel Sastre. O cantantes, como Guillermo Martín, son algunos de los que en estas últimas horas se han sumado públicamente a un debate que parece no tener fin.

Puedes seguirme en Twitter: @Ruben_Canizares