Eterno 92:48

Pereza y venganza. Esos son los dos sentimientos que Valdebebas y el Cerro del Espino han experimentado esta mañana. Con el Atlético-Real Madrid de cuartos de final de la Champions, serán hasta ocho los enfrentamientos entre colchoneros y merengues esta temporada, hecho insólito en la historia del fútbol. Incluso para los rojiblancos, claros ganadores hasta la fecha de los cara a cara de este curso (dos empates y cuatro triunfos) debe ser exasperante verse en el ascensor con el vecino más molesto día sí, día también.

Los blancos tampoco han sonreído demasiado: desde el último derbi de Mourinho como entrenador del Real Madrid, en aquella fatídica final de Copa del Bernabéu de mayo de 2013 (1-2), son doce los disputados y el balance es aterrador para la entidad de Concha Espina: solo tres victorias blancas, otros tres empates y seis triunfos del Atlético. Tras catorce años besando la lona temporada tras temporada, Simeone, la kriptonita merengue del siglo XXI, por fin le dio a la parroquia blanca lo que demandaba: un rival (más que) digno para derbi decente.

Eso sí, la estadística, claramente de lado del Manzanares, esconde una gran realidad: el partido más importante lo ganó el Real Madrid. Creo que hay pocos aficionados colchoneros, por no decir que ninguno, que le ofrecieras a día de hoy un intercambio de resultados y no lo comprara. Ganar la Copa del Rey en el Bernabéu, humillar en el Calderón en Liga o ver a Fernando Torres marcar en el coliseo blanco es muy excitante desde el punto de vista rojiblanco. Pero para polución balompédica ya está la Champions, la reina madre de este bendito sarao llamado fútbol. Esa, como en 1974, que rozó el Atlético en Lisboa el pasado 24 de mayo y que finalmente tuvo que mirar de soslayo. El Atlético domina en España. El Real, en Europa. Eterno 92′:48”.

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