Se fue con la selección francesa atribulado por su suplencia en el Madrid, en una alarmante baja forma y con una sequía goleadora de aúpa… pero es que regresa mucho peor de lo que se marchó. Y mira que era complicado. Definitivamente, Benzema ha regresado a sus orígenes en el Madrid. Mourinho lo rescató para la causa la pasada temporada, tras sus dos primeros años de blanco diluido como un azucarillo. Pero su cuarta temporada en Concha Espina, escasa de goles y copiosa en escándalos, está dejando mucho que desear y, encima, ahora tiene el enemigo en casa.
Los dos partidos de Benzema con Francia, ayer ante España y el viernes pasado ante Georgia, han dejado muy herido al delantero galo. Karim arremetió la pasada semana contra los hinchas ‘bleus’ que le critican por no cantar ‘La Marsellesa’. Y se ha armado la marimorena. En ambos partidos, Benzema fue pitado unánimemente por su afición. Aunque viendo sus dos actuaciones, uno puede pensar tranquilamente que el ‘sonido de viento’ hacia Karim bien se sustentaba en su deambular como alma en pena por el verde de Saint Denis.
Benzema es mejor delantero que Higuaín. Y mejor que la mayoría de los atacantes del planeta. O eso creo yo. Clase, calidad y elegancia para dar y regalar. Pero su indolencia le mata. Esa imagen bohemia y melancólica que proyecta, con horchata más que sangre en las venas, se refleja sobre el terreno de juego y le hace más mal que bien . Y, más allá de Francia, el que de verdad sale perjudicado de ese aroma bucólico que desprende no es otro que su club, el Real Madrid, justo en los meses en lo que se deciden los títulos: abril y mayo. Los blancos están a 90 minutos de lograr su décima novena Copa del Rey y a cinco partidos de ‘La Décima’. Y con un Benzema ‘pensando’ en las musarañas y alicaído, será mas complicado lograrlo. El gato convertido en perro ha mutado otra vez en gato. Anoche, en París, y ante 80.000 ‘bleus’, dimos fe de ello: el gato esta triste y azul. ¡Mon Dieu!
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