Es 25 de febrero. Exactamente, faltan tres meses para que la temporada llegue a su fin, el próximo 24 de mayo, en Lisboa, donde se celebrará la final de la Champions League. Son 90 días de competición por delante en los que el Real Madrid 2013-14 “ha construido la casa y ahora ‘sólo’ le falta decorarla”, Ancelotti dixit. La definición del técnico italiano de la actuación, hasta el día de hoy, de su equipo en lo que llevamos de campaña no podía ser más acertada. A estas altura, el Madrid es líder de la Liga (con tres puntos de ventaja sobre Barcelona y Atlético), está en la final de Copa del Rey y en octavos de la Champions con una hoja de servicios casi inmaculada (cinco triunfos y un empate) y un rival (Schalke 04) que no debería impedirle meterse en cuartos.
Estamos hablando de la posibilidad real de lograr los tres títulos en juego, hecho inaudito en la historia del Real Madrid, que es el club español con más Ligas (32) y el europeo con más Champions (9), pero que en su gloriosa historia jamás ha tenido el privilegio de hacer un triplete. Sí que ha conseguido varios dobletes, en concreto seis: un par de Liga y Champions (en las temporadas (56-57 y 57-58) y otros cuatro de Liga y Copa (en las campañas 61-62, 74-75, 79-80 y 88-89). Hablamos que hace 25 años que el Real Madrid no logra un doblete. Quizás demasiado tiempo para el nombrado mejor club del siglo XX. Ancelotti ha irrumpido con fuerza en su primera temporada como entrenador blanco. Los cimientos de la casa son fuertes y robustos. Ahora le queda ponerla bonita. Lo más difícil. Eso sí, depende de él mismo. En las próximas doce semanas saldremos de dudas.
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