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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Thai Emotion, 25 años después

Emilio Carcur, que trajo la mejor cocina real tailandesa a Madrid con Thai Gardens, reaparece con una cuidada oferta a domicilio

Caja con el envío de Thai Emotion
Carlos Maribonael

En 1995 abría en Madrid Thai Gardens, el primer restaurante tailandés con ambiciones que se instalaba en España. Un local espectacular en su decoración y una cocina real thai que revolucionaron el panorama gastronómico madrileño. En la calle de Jorge Juan, que todavía no registraba la que ahora es la mayor concentración de restaurantes por metro cuadrado de la capital, Emilio Carcur y la tailandesa Tasanai Phian-O-Pas (MadameTas) lograron convertir Thai Gardens en una referencia. El éxito llevó incluso a abrir otros restaurantes en Barcelona, México, Casablanca y Sao Paulo. Sin embargo, en 2007 tuvieron que echar el cierre por desacuerdo con los propietarios del local. Empezó entonces un largo peregrinaje por el Paseo de la Habana, Arturo Soria y la calle de Recoletos, pero ya nada fue igual.

Surtido de entradas

Emilio Carcur reaparece ahora con otro proyecto, centrado sobre todo en la comida a domicilio. Se llama THAI EMOTION. Ha instalado las cocinas en la calle Eguilaz esquina a Luchana, en un local donde además tiene previsto instalar un par de mesas para comer allí mismo. Carcur es un obseso de los detalles, que siempre mima al máximo, y en esta nueva aventura vuelve a demostrarlo. Enamorado de la elegancia, refinamiento y sensibilidad de Tailandia y de su cocina. Por eso ofrece presentaciones muy cuidadas y platos de nivel, genuinos, como he podido comprobar con un pedido hecho estos días. La tailandesa es, para mí, la más sofisticada de Asia. Y Thai Emotion está a la altura.

Platos principales

Importante: como suele ser frecuente que todos los platos se adapten al “gusto” español, advertí que quería todo con el genuino picante tailandés. De hecho se puede solicitar al hacer el pedido, eligiendo entre tres opciones. Y así llegó. No apto para melindrosos. Para empezar, las kai satee, las brochetas de pollo maceradas en curry suave y cúrcuma, con su correspondiente salsa de cacahuetes. Luego kanom gib, esa especie de dim sum de pasta de trigo que envuelven langostinos y tocino. En este caso, una salsa de soja agridulce. Y también, en la línea de dumplings al vapor, los vistosos chor ladda, de cerdo y cacahuetes, en una masa de tapioca que se hidrata en agua de orquídeas azules, lo que les da su peculiar color. Otra entrada, las tod man pla, albóndigas de pescado con una estupenda salsa de pepino.

Kai Satee

De las ensaladas, imprescindible la laab kai. Era, junto a los curries, mi plato favorito en aquel Thai Gardens de finales de los 90. Se trata de una ensalada de pollo picado con zumo de lima, cilantro y chiles frescos que se ha macerado con distintos ingredientes y cocinado en leche de coco. Fue lo más picante de todo lo que pedí, rozando mis límites. Estupenda. Casi al mismo nivel (de rico y de picante), el pad krapauw kai, un plato del norte de Tailandia también con carne de pollo picada, pero en este caso salteada al wok con albahaca y chiles rojos.

Pad krapauw kai

Como estos dos últimos estaban en niveles máximos de picante, uno de los curries fue más ligero: el homok talay, a base de marisco en curry rojo suave  cremoso que se sirve en una hoja de banana al vapor con hierbas aromáticas. En la cocina thai los aromas son casi tan importantes como el sabor y como la estética. Y como remate, el otro curry, un paneng kai, con filetes de pechuga de pollo, el único plato que no estuvo a la altura. De los postres pueden prescindir sin remordimiento. En casa acompañamos el menú con un mágnum de rosado de Muga. Aguantó muy bien la intensidad de las elaboraciones. Si mantienen este nivel, Thai Emotion va a ser una de las propuestas orientales a domicilio imprescindibles en Madrid.

Restaurantes Españoles

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