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Blogs Salsa de chiles por Carlos Maribona

Alimentos que cruzaron el Atlántico

Carlos Maribona el

El tomate llegó de América

Como saben todos ustedes, el Descubrimiento de América, entre otras muchas cosas, tuvo una importante influencia en la cuestión gastronómica. Y no sólo para los españoles y el resto de los europeos. También para los americanos. Unos y otros recibieron productos que hasta aquel momento eran absolutamente desconocidos en una u otra orilla del Atlántico. Productos que enriquecieron las respectivas cocinas y se integraron en ellas, en ocasiones tras largos periodos de tiempo y superando muchas reticencias, hasta el punto de que hoy en día no se entienden muchos recetarios tradicionales sin su presencia. ¿Qué sería de la cocina italiana o de la española sin el tomate? ¿Y de la cocina europea en general sin la patata que salvó de grandes hambrunas a irlandeses o centroeuropeos? Y a la inversa, no puede entenderse la cocina iberoamericana sin el cerdo, el pollo o el arroz. Para dar a conocer este intercambio cultural-gastronómico, la Real Academia Española de Gastronomía ha preparado una lista de alimentos que fueron y que vinieron y que se pretende que sirva de base a una gran exposición itinerante que organizará la Academia Iberoamericana de Gastronomía.

Por cuestiones organizativas sólo se expondrán diez alimentos “americanos” y otros tantos “españoles”. Pero lo cierto es que la lista tiene mucho interés, como lo tendría un trabajo a fondo sobre todos ellos, las circunstancias en que cruzaron el Atlántico, su lenta introducción en las cocinas locales y su presencia actual, tan destacada en algunos casos.

Entre los alimentos que nos llegaron de América hay varios fundamentales hoy en día: el tomate (que los mexicanos llaman jitomate); el pimiento (chile o ají en América); la patata (o papa), y las alubias o judías (fríjoles). Imaginen el recetario “tradicional” español, o el europeo, sin estos cuatro ingredientes básicos. Ni gazpacho andaluz, ni fabada, ni tortilla de patata, ni pimientos de Padrón o de Guernica, por poner sólo cuatro ejemplos. También el cacao y su derivado, el chocolate, es producto fundamental en nuestra alimentación y en nuestra cocina. Por no hablar del maíz, tan importante en el norte y noroeste de España. Pero la lista es más larga. Incluyan el aguacate, los cacahuetes, el calabacín, el pavo, la piña y la yuca.

Lo que llevamos los españoles a América tampoco tiene desperdicio. En nuestros barcos viajaron al otro lado del Atlántico animales cuya carne hoy es vital para la economía y para la gastronomía americanas. Por ejemplo el vacuno. ¿Se imaginan Argentina, Brasil o México sin vacas? Por ejemplo el cerdo. O el pollo. Dos carnes básicas y bien populares en la dieta de los americanos. Junto a ellas, el aceite de oliva, el arroz, los garbanzos, el trigo o las manzanas, que habían llegado a Europa desde China. También los cítricos, naranjas limones o pomelos. O la miel de caña y la miel de abeja. Y otro producto esencial, la uva, y con ella el vino. Uvas que en Argentina, Chile o México permiten elaborar vinos de calidad que ahora vuelven a cruzar el charco. Uvas sin las que no existiría el pisco peruano. Desde Canarias se llevaron las plataneras, que en contra de lo que muchos creen no son americanas. Llegaron a las islas desde África, y desde allí se llevaron al nuevo continente. En la lista elaborada por la Real Academia aparece también el café, pero ese es un producto que no llevamos los españoles. Fueron los portugueses, y lo plantaron en Brasil, desde donde se extendió a otros países.

Como ven, un repaso muy interesante por productos hoy básicos para todos. En estos tiempos en que se nos llena la boca con la palabra fusión no podemos olvidar que, al fin y al cabo, el Descubrimiento fue una gran fusión en todos los terrenos. Y por supuesto en el gastronómico.

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