Como ocurrió con el menú de verano, Sergi Arola nos convocó ayer en LA BROCHE a dos gastrónomos ilustres y a quien esto firma para probar su nuevo menú de otoño, recién incorporado al restaurante. Menú interesante, de sabores potentes, que confirma que cuando Arola se emplea a fondo y no se dispersa es uno de los mejores cocineros españoles.
Cena en la mesa de la cocina, conversación agradable (naturalmente sobre cocina, cocineros y restaurantes) y vinos de categoría aportados por mis compañeros de mesa. Un champán SALON blanc de blanc 1996, seguido de dos Burdeos: un St Emilion CROIX DE LABRIE 2000, y un Pauillac PICHON-LONGUEVILLE COMTESSE DE LALANDE 2003. Demasiado jóvenes ambos, pero excelentes y con un potencial enorme. Para los postres, un riesling KONIGSBACHER 2002 IDIG.
Menú como digo muy potente, de sabores puramente otoñales, que se abre con tres pequeñas tapas: una copa de almendras saladas con tandori masala, sin mayor interés; un lomo de merluza en salazón y escabeche suave, agradable; y el tradicional bocata de calamares, un clásico.
Sigue un asadillo de berenjena, amanita cesárea y helado de crema agria (la berenjena está bien, pero se come todos los demás sabores y el helado no aporta nada aunque está muy bueno); una royal de gigot de cordero, berros y queso Payoyo de Cádiz (excelente); sardinas ‘a fuego’ con olivada y escarola salteada (también excelente); crema de patata con pescado y marisco (a modo de suquet, estéticamente muy bonito y agradable sin más).
En el segundo bloque, lentejas pardinas guisadas con panceta ibérica y sepioneta (muy bien); paloma torcaz rellena de gamba roja y foie con cremoso de maíz (muy buen mar y montaña, sólo estropeado por una presencia excesiva de vainilla); y guiso de ternera estofada al minuto con setas de temporada (otro gran guiso).
Como prepostre, un parfait de helado de membrillo con virutas de queso curado (estupendo). Y luego, nieve de frutos rojos con lichies y flores de otoño (lo más decepcionante, un postre totalmente plano de sabor); bizcocho de miel y almendras amargas (muy bueno); y crujiente de caramelo, galleta y chocolate (bastante bien).
En resumen, otro buen menú que, con el de verano, devuelve a La Broche a sus mejores momentos.
Otros temas Carlos Maribonael