Se extiende la moda anglosajona del brunch. Algo relativamente nuevo para nosotros pero que se adapta bien a nuestras costumbres. Esa mezcla entre desayuno tardío y comida anticipada (brunch: breakfast y lunch) resulta muy atractivo para un domingo, cuando uno se levanta tarde y tampoco quiere hacer una comida copiosa. Un sitio tranquilo que permite comer algo (o mucho, depende del apetito), leer la prensa y relajarse en la mañana dominical. Naturalmente los horarios en España son más tardíos que en el resto del mundo. Aquí hay brunch que se prolongan hasta las tres o las cuatro de la tarde.
Uno de los pioneros en Madrid fue el HOTEL RITZ, aunque este es más bien una comida en toda regla pero en bufet. Y resulta el más caro de todos. La gama es amplia, desde los brunch más modestos hasta los más sofisticados. No hay normas. Cada sitio ofrece cosas muy distintas. Pero siempre con esa mezcla fundamental de dulce y salado
El que más me gusta de Madrid es el que sirven en el HOTEL URBAN, concretamente en ese espacio magnífico que es el Glass Bar. Allí estuve con mi familia este último domingo, que además era día de Reyes. Te reciben con una copa de champán o con un cóctel (perfecto el bloody mary para los resacosos). Se pueden beber zumos, té o café. En la barra del bar, un bufet sofisticado de platos fríos con ensaladas, embutidos, quesos, sushis, atún y solomillo en tataki, frutas y cosas dulces que incluyen bollería y pasteles. Entre tanto los camareros van sacando por las mesas bandejas de cosas calientes: croquetas (excelentes), buñuelos de bacalao, trocitos de pescado (muy rico el esturión), algún arroz (este domingo era negro), pedacitos de cochinillo… También hay ostras y caviar, aunque se facturan aparte.
Después se elige un plato caliente, fundamentalmente huevos en diversas preparaciones, desde revueltos hasta fritos. Los más clásicos de un brunch son los huevos benedictine y aquí están buenísimos, con la yema bien líquida.
El precio del brunch por persona es de 35 euros. Está muy bien teniendo en cuenta la calidad y la cantidad de lo que se sirve. Esta cifra aumenta lógicamente si se sigue con champán o con otras bebidas no incluidas. Y también con las ostras. Pero la verdad es que empezar un desayuno con unas ostras de primera regadas con champán es una perfecta forma de empezar el domingo.
En Madrid hay bastantes más brunch dominicales. Por ejemplo el del hotel PALACE. O el del INTERCONTINENTAL También lo ofrecen ya en el nuevo RAMSES (Plaza de la Independencia, 4). Uno de los más clásicos es el de CAFÉ OLIVER (Almirante, 12). Están bien los de IROCO (Velázquez, 18), el del nórdico OLSEN (Prado, 15) (donde los cócteles son a base de vodka) o el de NINA (Manuela Malasaña, 10), que no conozco personalmente pero del que he oído hablar muy bien. Sus precios están entre 20 y 25 euros de media.
También en Barcelona se extiende la moda del brunch. Por ejemplo el HOTEL ARTS (Marina, 19) o en el GRAN HOTEL LA FLORIDA (Ctra. Vallvidriera al Tibidabo); en DOSTRECE (Carme, 40), en KEIK CAFÉ (Doctor Fleming, 21); en SANTECAFÉ (Urgell, 171); en SANDWICH AND FRIENDS (Pº del Born, 27); o en el HILTON DIAGONAL MAR (Pº Taulat, 262).
Otros temas Carlos Maribonael