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[caption id=attachment_17149 align=alignleft width=108] La presentacin[/caption]Por si ltimamente no hubiramos visto suficientes tonteras, la constitucin de la nueva legislatura result espectacular. Y como todo espectculo que se precie, desde la pera a los musicales de Broadway, la obertura adelant los principales nmeros musicales del show.Una de las nuevas estrellas entr en escena con la camisa de siempre pero ayer su desaliada coleta se troc en brillante melena de peluquera. Y con un par ocup el centro izquierda del hemiciclo. La otra, adelant a sus muchachos para que se hicieran con el centro derecha; ambos en la misma fila, como en los carteles lucen al mismo nivel las secundarios principales.Pero entre uno y otro, el nmero fuerte, lo nunca visto: la mam lactante de Podemos entrando al hemiciclo con su cochecito portabebs para sentarse con su cachorro en el escao correspondiente, bien cerca de la estrella podemita a la que present el nio poco menos que como ofrenda..Ante la estlida complacencia del flamante presidente de la Cmara los de Iglesias se ciscaron en convenciones internacionales y en todas las leyes protectoras de la infancia. La utilizacin con fines polticos del menor, un beb no dejar de ser un menor hasta pasados muchos aos, est sancionada en nuestro ordenamiento jurdico.Se considera intromisin ilegtima en el derecho a la intimidad personal y a la propia imagen del menor, cualquier utilizacin de su imagen o su nombre en los medios de comunicacin incluso si consta el consentimiento del menor o de sus representantes legales. (Del artculo cuarto de la Ley Orgnica de Proteccin Jurdica del Menor, 1996, revisada en 2015).No se trata de un eminente jurista el encargado de presidir la factora legislativa de nuestro sistema, lo que en las presentes circunstancia es una lstima. Patxi Lpez es simplemente un poltico nacido y crecido en el aparato socialista; esa es su profesin. Y el poltico no dijo ni po. Como tambin call ante las sandeces con que decenas de diputados manipularon el requisito propio en la constitucin de cualquier corporacin: respetar sus normas incluso para cambiarlas.Llova sobre mojado. La investidura del sucesor de Mas, pobre Mas ahora sin escudo protector contra jueces y fiscales, fue un precedente grotesco. All fue la seora Forcadell quien volvi a sentirse grande, como cuando celebr su entronizacin con un viva a la repblica catalana, al proponer a Puigdemont prometer cumplir con sus obligaciones como Presidente de la Generalidad con fidelidad a la voluntad del pueblo de Catalua representado por el Parlamento. Y ambos, presidenta y presidente se quedaron tan anchos tras la histrica machada.En fin, sabido es que hoy los juramentos y promesas son muy poco ms que palabras, y las palabras se las lleva el viento. Pero lo del nio en el hemiciclo es de mal nacidos.El espectculo no ha hecho sino empezar y an no est claro quines sern sus actores principales. Ni siquiera el guin ha sido escrito. El escenario est abierto a todo, a los celos y a las intrigas, al drama pasional, a la comedia musical y hasta al auto sacramental. Pblicos hay de todos los gustos; entre El Molino del Paralelo barcelons, el Teatro Real madrileo y la Maestranza sevillana cabe cualquier cosa; slo una parece asegurada: como lanzaron los roqueros de Queen, the show must go on.Y el espectculo continuar.

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And the show goes on