Talavante dio el primer golpe de mano en este San Isidro. Con el sobrero del Conde de Mayalde supo levantar una tarde que iba para el infierno, y más que eso, dejó claros cuáles sus poderes. En la primera de las cuatro tardes contratadas no quiso dejarse nada para después, y en cuanto tuvo opción sacó esa izquierda casi mágica y le sopló un ramillete de naturales que hasta taparon las feas hechuras del enemigo.
No le pesó la tarde ni la plaza al extremeño, que, tal y como iba la cosa en la Corrida de la Prensa, pudo taparse y a otra cosa. No parece que esa sea la actitud con que Talavante afronta esta Feria. Y la fuerza de la oreja que cortó lo confirma. Por delante tiene el próximo miércoles 24 de mayo los toros de Núñez del Cuvillo, el 6 de junio los victorinos, y diez días más tarde la Beneficiencia con la corrida de Victoriano del Río.
Tras su primera actuación, las espadas no pueden estar más en alto.
Y aún le quedan tres…