Haría mal el Partido Popular de Cataluña en marear la perdiz con el tema de los toros. Si ante las elecciones autonómicas los populares fueron tajantes en anteponer la revocación de la prohibición de las corridas de toros a cualquier pacto político, no se entiende por qué ahora están en eso tan mareante y que quita tanta credibilidad de jugar con las palabras.
El PP ha sido decisivo para que CiU haya sacado los Presupuestos de la Generalitat adelante. Da igual si ese apoyo está firmado y rubricado o si esa vía libre a las cuentas de Cataluña llega en forma de abstención. Al aficionado que se ilusionó en la pasada Feria de la Mercè cuando la presidenta de los populares catalanes lanzó aquella promesa en favor de la Fiesta, le da igual que el pacto se haya firmado o no. La realidad es que el Govern ha necesitado y ha encontrado al PP, como realidad es que Xavier Trias es alcalde de Barcelona gracias a los concejales del Partido Popular, o que la vicepresidencia de la Diputación es del PP gracias a CiU y realidad es que Badalona está en manos populares.
No se trata pues de decir digo cuando dije Diego, se trata de algo mucho más importante, d<CW20>e cumplir una promesa. El pasado domingo, a las puertas de la Monumental unos cientos de aficionados recordaron las promesas de Alicia Sánchez Camacho en ese mismo escenario en lo que fue una nueva jornada de lucha. Y unas horas más tarde, el mismo torero que brindó hace unos meses su faena a la líder del PP catalán salía a hombros tras una tarde triunfal, como aquella de la Mercè.
Haría mal el Partido Popular en no afrontar aquella responsabilidad asumida con un sector de la sociedad catalana. Insistir en la semántica, en pacto sí pacto no, no es el camino cuando las cosas están tan claras.