Los aficionados cabales y veteranos se lamentan de que Las Ventas no es lo que era. La primera plaza del mundo se asemeja algunas tardes a una de talanqueras. Pero lo más grave del asunto es que un presidente se salte el reglamento a la torera y se deje guiar por siete vozarrones -que tienen todo el derecho a expresar su opinión- y no respete la petición de veinte mil personas.
Eso ocurrió el sábado. El Juli firmó una estupenda faena para la que se solicitó el premio por mayoría. Pero don César Gómez sólo tenía ojos y oídos para los siete que vociferaban contra la figura que sustituía a José Tomás. Y no es la primera vez que a Julián López le roban un trofeo en la Monumental…
A algunos usías el puesto les queda muy grande. No es ya cuestión de sensibilidad, sino de ley. Que vuelvan a primaria y que recuerden que 20.000 es más que 7. La culpa no fue del controvertido tendido de sol, donde conviven fantásticos aficionados con otros de dudosa afición, sino de un palco sin rumbo ni criterio. Y con mucho afán de protagonismo. Un poquito de por favor…
Toros Rosario Pérezel