Rosario Pérez el 14 may, 2015 No quería aburrir al personal. Objetivo conseguido: no solo liberó a la plaza del bostezo, sino que hizo el toreo que transita en el tren que para en Atocha. Talavante y su swing de perfección. Alejandro y la emoción del toreo. Allá, en los medios. Pronto y en la mano. ¡Vaya naturales sopló y recreó! El lance con un tic tac de mimada parsimonia. El trazo mágico y perfecto, que ambos son posibles. La inteligencia de la medida y el tiempo. El son. A ritmo de jazz. Con poso y reposo. Llenando y dominando la escena. Alejandro volvió a bajarse en Atocha. Y se subió a paso de izquierda al tren de Las Ventas. Talavante, torero de Madrid. FOTO: PALOMA AGUILAR Otros temas Comentarios Rosario Pérez el 14 may, 2015