Llegar a una fiesta y encontrarse con Antonia dell’Atte es saber que la juerga está casi asegurada. Antonia ha hecho de sí misma todo un espectáculo y ella como pocas saben derrochar belleza y estilo cuando aparece por los salones, como desparramar y soltarle melena sin importarle nada ni nadie cuando así se lo pide el cuerpo.
Durante todos estos años la he visto hacer de todo en las fiestas sociales y este pasado sábado Antonia demostró que sigue siendo la de siempre. Fue tras la cena que se sirvió en el hotel Alfonso XIII de Sevilla con motivo del Sicab. La italiana estaba espectacular con vestido de pedrería y collar de piedras. En los pies unas sandalias de Etro con tacón de vértigo y medias de rejilla.
Así estuvo hasta que empezó el flamenco con música en directo y copas en la barra. Para entonces la italiana ya se había quitado las sandalias y, al grito de "la condesa descalza", se lo pasó en grande, sin parar de bailar, con un amigo italiano que llevó los zapatos dorados mas puntiagudos que jamás hubiera imaginado. Sobra decir como acabaron los pies de la bella Antonia tras más de cinco horas de fiesta.
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