Tras una intensa temporada de los Juegos Deportivos de Escuelas Católicas de Madrid (ECM), en la que se han suspendido 239 partidos de futsal a causa del covid, especialmente en los tres primeros meses, pero también a causa de la lluvia y de otras circunstancias, por fin ya han concluido todas las competiciones y podemos conocer a los diferentes campeones.
En total se pueden contar 36 títulos, 29 de los cuales son de liga y 7 de copa. La razón de que existan tantas competiciones diferentes, pues lo normal es que fueran 8, las correspondientes a prebenjamín mixto, benjamín mixto, alevín mixto, infantil masculino, cadete masculino, juvenil masculino, sénior masculino y única femenina, es que no se pudo programar la temporada con normalidad. Es decir, que no se pudo realizar un calendario con una primera fase que su clasificación diera paso a una segunda fase en la que, en función de los niveles obtenidos en los grupos iniciales, se distribuyeran los equipos para la segunda mitad del campeonato.
“Y gracias a Dios que no fue así, pues si se hubiera tenido que esperar a la conclusión de lo primera ronda, con todo lo que se pospuso por covid, no podríamos haber terminado la liga ni en julio o hubiéramos tenido que dar por perdidos los partidos a aquellos equipos que hubieran desprogramado los mimos por enfermedad, lo que supondría una injusticia, aunque estuviera recogido ese aspecto en el protocolo anticovid de la competición”, afirma Javier Esteban, director del evento.
Este formato suponía garantizar la conclusión de cada “mini” campeonato y, aunque solo se entregasen premios a los primeros clasificados, se democratizaban los trofeos, pues de los 24 habituales (3 premiados x 8 categorías) se ha pasado a los 36 premiados actuales. “Bien es cierto que el formato tradicional es más atractivo, pero las circunstancias han obligado y ha sido algo transitorio que por lo menos ha permitido celebrar la primera temporada completa postcovid”, apunta Javier Rivero, responsable de calendarios y sistemas de competición de los Juegos ECM.
Si todos esos contratiempos se han podido salvar, no más fácil ha sido el cuadrar la plantilla arbitral con el elevado número de partidos de cada jornada. “Esto ha sido un sudoku cada semana, pues si un jugador era positivo, su equipo podía presentarse, pero cuando era un árbitro el enfermo, ello suponía la pérdida de un efectivo que podría pitar un partido, en el mejor de los casos, o quizá tres, siendo muy complicado sustituirlo”, asegura Carlos Gómez, coordinador de árbitros del campeonato.
“Por todo lo anterior, coordinadores, árbitros, delegados, jugadores, familiares y organizadores tenemos que estar muy satisfechos de haber podido dar otro paso por el camino hacia la normalidad, el cual comenzamos con una inusual campaña en el curso 20-21”, argumenta Javier Esteban.
Así que, sin más preámbulos, disfrutemos con satisfacción y tranquilidad de ver los nombres de los campeones de cada competición escritos con letras mayúsculas como se merecen:
Felipe Marrón
En la cancha