Una pena la ‘estúpida’ expulsión de Sergio Ramos el domingo contra el Rayo en el Bernabéu. Y lo digo por los daños colaterales que conllevó. Más allá de la justicia o injusticia de la decisión tomada por eel nefasto Parada Romero, el Madrid ganó cómodamente al Rayo a pesar de jugar con 10 jugadores durante 75 minutos. Eso sí, nos quedamos sin ver la que debería de ser la defensa titular en el Camp Nou y en Old Trafford: Pepe y Varane de centrales y Coentrao y Ramos en los laterales.
Ya que Marcelo ha decidido enemistarse con la báscula, parece arriesgado jugarse la temporada en esas dos plazas de tronío con un lateral izquierdo que lleva tres meses lesionado y otro mes y medio con sobrepeso y calentando cemento en la grada. Sin duda es mucho mejor dentro y fuera del campo que Coentrao. Pero, inverosímilmente, el calcetín se ha dado la vuelta. El luso está jugando sus mejores partidos como madridista y el brasileño se ha ‘cogido’ vacaciones anticipadas en febrero.
En el centro de la defensa, el gran momento de forma de Varane le hace incuestionable. Su juego aéreo, su rapidez, y su buena lectura de los ataques rivales deja en conato muchas ocasiones del contrario. Su solidez y temple recuerda al mejor Hierro. Y su bisoñez queda mitigada por su experimentada pareja de fatigas: Pepe. El portugués ha regresado tras su lesión en buena forma. Ante los de Vallecas cuajó un gran partido. Serio y expeditivo. Lleva la defensa hasta casi el medio del campo y mejora la salida de balón. Debe ser titular siempre.
Nos falta el lateral derecho. Aquí emerge la figura de Ramos. Y la de Arbeloa, claro. Y, entonces, me remango. Porque tiene mucha conversación el asunto. El ’17’ del Madrid lleva dos temporadas como un rey. Me explico. Desde que Ramos, a principios de la pasada campaña, mutó a central, Arbeloa no conoce competencia ninguna. El club no sólo no ha fichado otro lateral derecho sino que ha mandado al mejor de su cantera, Carvajal, a Alemania. Así que juegue bien, mal, o regular, como no hay más en la plantilla, Mourinho no tiene otra que hacer caso a Kant: Arbeloa siempre está en el once por imperativo categórico. No pondré en duda su calidad, pero creo que el ex del Liverpool se ha acomodado. Se le permiten todo tipo de regalías por ser quien es. No tiene crítica ninguna. Y, siendo objetivos, le cogen la espalda más de lo que debiera, se duerme a la hora de tirar la línea del fuera de juego y su aportación al equipo ofensivamente es escasa. Es hora de probar algo distinto… y ahí es donde aparece Ramos.
El de Camas es uno de los mejores centrales del mundo. Pero el equipo le necesita ahora de lateral derecho, una posición que conoce de sobra. Contra el Rayo, en 15 minutos, llegó más a línea de fondo que Arbeloa en toda la temporada. La zozobra que originan sus ‘alocadas’ subidas por la banda al estilo Marcelo le van como anillo al dedo a la forma de jugar del Madrid. Su gol ante los de Jémez viene de una falta que provoca él mismo y, defensivamente, su rendimiento no envidia nada al de Arbeloa. Es más, creo que lo mejora considerablemente.
Así que quizás, viendo el estado de forma de uno y de otro, la ‘explosión’ de Varane como central, la vuelta de Pepe y el buen momento de Coentrao, es la hora y el día de sentar al Arbeloa y ‘devolver’ a Ramos a sus orígenes. No veo mejor defensa para las dos ‘finales’ que se avecinan en Barcelona y Manchester