Esta semana nos enteramos que la venta y el consumo de cava bajaron considerablemente en 2012. La crisis y el boicot a los productos catalanes, principales motivos para tan nefasta noticia para su economía. Se olvidaron del Barça, creo yo. Una Copa del Rey el año pasado. No pusieron mucho de su parte para mejorar ese registro. Está por ver en 2013. Tienen la Liga ya en su sala de trofeos, ‘obsequio’ del Madrid aletargado de otoño, y eso ayudará a descorchar alguna botella de cava más de la cuenta. Pero a día de hoy y, visto lo visto en las últimas dos semanas, han echado la llave a la vitrina. Y tienen en ‘stand by’ el pedido de cava. Por si acaso.
El ‘papelito’ del conjunto azulgrana desde la debacle de Milán es morrocotudo. Los italianos, el Madrid A y el Madrid B le han subido a una montaña rusa marcha atrás. La cara de ‘qué está pasando aquí’ es ya un chiste pesado. Eso sí. Excusas sobran. En San Siro fue el césped alto. En Copa, los antecedentes de Undiano y la efectividad del Real. Ayer, Perez Lasa, faca (digo silbato) en mano. La autocrítica debe estar como el cava: hibernando.
Pero no sólo no hubo cava en clásico liguero del Bernabéu. Tampoco el Madrid brindó. Con champán, claro. Los blancos han demostrado el equipazo que son con dos porrazos en la mesa de enjundia que aumentan el pecado de ‘tirar’ la Liga en noviembre. Los réditos, poner colorado al eterno rival, una final de Copa y colocarse a 13 del Barça en Liga, de momento, no colman del todo ni a jugadores ni a aficionados, sabedores de la historia de esa camiseta. El meollo. El Dom Pérignon está en Manchester. En Old Trafford. El equipo y el cuerpo técnico lo saben. Y están mentalizados: «Aquí no hay champán para celebrar nada. Si nos creemos que hemos hecho algo extraordinario, el martes podemos lamentarlo». Chin-Chin interruptus. Lo bueno se suele hacer esperar
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Real Madrid Ruben Cañizaresel