La lección de señorío del Real Madrid con la Undécima

En un mundo donde, tristemente, la educación y el respeto han sido tirados al cubo de la basura por un gran mayoría de seres humanos, se agradece ver y vivir fiestas de celebración como la de la undécima Copa de Europa del Real Madrid. Ni una sola mala palabra ni un solo gesto de desprecio sobre el rival de la final en Milán, por mucho que fuera el vecino de acera, sino todo lo contrario. El Atlético volvió a salir derrotado, como ya ocurriera en Lisboa hace dos años, pero se ganó el respeto del madridismo. Tras la Décima, hubo algún que otro cántico desacertado, pero en esta ocasión la imagen ha sido ejemplar. Una lección de señorío con mayúsculas.

Tanto Florentino Pérez como Sergio Ramos, presidente y capitán del Real Madrid, como portavoces del club en estas últimas 36 horas de celebraciones, no se han cansado de piropear el gran papel de los colchoneros en la final, y la imagen de equipo y entidad grande que dejaron en San Siro. Ya lo dijo Cristina Cifuentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid. La victoria del Madrid debía medirse por el nivel del rival. Y así fue. En Milán, los blancos dejaron como subcampeón de Europa a uno de los cuatro mejores equipos del Viejo Continente. Su torneo fue excelente, eliminando a Barcelona y Bayern de Múnich, pero el Madrid es un club creado genéticamente para ganar la Champions, y contra eso es (casi) imposible luchar.

Y qué decir de los parlamentos y cánticos del resto de los futbolistas del Real Madrid y del cuerpo técnico. Desde Rubén Yáñez hasta Cristiano. Del menos al mas relevante. Muchos tenían motivos para poner a varios jugadores del Barcelona en su sitio, especialmente a Piqué, tras los innumerables actos maleducados y de mofa del centran catalán hacia el Real Madrid en los últimos doce meses. Pero no fue así. Ni siquiera la frase de Arbeloa (“Yo no se cuándo ni con quién comenzó todo esto”) es digna de mención. Más light que la leche desnatada. ¿Ven cómo no es tan difícil celebrar un título sin tener que hacer el gamberro? ¿Qué hay más bonito que alegrarte del bien propio y no de la desdicha ajena? Imagino que son preguntas que sería muy interesante que contestara Piqué, pero ya sabemos que él está por encima del bien, del mal y hasta del Periscope. Son sus peculiares ‘valors’. Por suerte, hay futbolistas y clubes que no siguen su equivocado camino. Enhorabuena al Real Madrid. Gran campeón, dentro y fuera del campo.