El fútbol es un deporte (una pasión) que en muchísimas ocasiones me produce sentimientos contradictorios. Ayer me sucedió, una vez más. Los que me soléis leer por este humilde rinconcito de opinión bien sabéis que mi ‘amor’ hacia Özil es público. No lo escondo. El futbolista más grande que yo he visto en vida fue Zidane, y siempre he visto en el alemán a su digno sucesor. Por eso, cuando anoche el Real Madrid oficializó su traspaso al Arsenal por 50 millones de euros sentí rabia. Y mucha. ¿Cómo era posible que mi admirado Özil se fuera a un equipo de segunda fila? Y que me entiendan, y con todos los respetos, los aficionados ‘gunners’. El Arsenal lleva en blanco casi una década y lleva años peleando por ser cuarto en la Premier. No le da para más. Pero así es el fútbol. Se cuentan con los dedos de una mano los futbolistas que veneran una camiseta. El resto sólo tienen unos colores: los del dinero. Nunca debieron saber, ni interesarse por Gino Bartali: “No hay que ir detrás del dinero, porque el último traje que vestimos no lleva bolsillos”.
Dicho lo cual, no quiero dejar aquí un amargo recuerdo del excelso jugador alemán, injustamente criticado por su falta de regularidad. Todo lo contrario. Aunque haya elegido no hacerle caso al mejor ciclista italiano de todos los tiempos (junto a Coppi) Mesut siempre tendrá un hueco en el corazón de la mayor parte del madridismo y de los aficionados al buen fútbol. Prefiere llenarse los bolsillos y no engordar su palmarés, cierto. Pero su fútbol seguirá intacto. Özil es uno de los jugadores en activo con más clase y elegancia del planeta. Sólo George Clooney en ‘Ocean’s Eleven’ reparte tanto juego como el teutón. Es un pianista que toca con pies de seda. Hablamos de un futbolista que tiene un Balón de Oro entre sus piernas. Aunque ahora algunos tiren de oportunismo. En sus tres años en el Real Madrid, logró una Liga, una Copa del Rey y una Supercopa. Y, sobre todo, dejó 27 goles y 71 asistencias (27 de ellas a Cristiano) propias de un mago del balón. De un mago con botas. Del Mago de Öz…il.
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