“Si no tienes perro para ir a cazar y tienes un gato, vas con él; pero solo no puedes ir”. La lapidaría frase de Mourinho acerca de la valía de Benzema, es un yugo que lleva arrastrando el francés desde que el luso lo catalogara como un mínino en diciembre de 2010. Y no le faltaba razón por entonces al extrenador del Real Madrid. Benzema es uno de los delanteros centro con más talento del planeta. Tiene gol, mucho gol; es rápido, buen pasador, muy asociativo y con unos conceptos técnicos muy buenos. Pero el ga(ba)chó lo echa todo a perder en muchas ocasiones por esa sangre de horchata que recorre sus 184 centímetros. Benzema se quejó en varias ocasiones que la falta de continuidad cuando competía con Higuaín no le favorecía. Esta temporada ya no tiene excusas. Al ‘perro’ lo mandaron a Nápoles. Y, tras un mes de competición y cierta música de viento, parece que el gato comienza a enseñar las uñas y a arañar.
Karim jugó anoche su mejor partido en lo que va de temporada. Robó más pelotas que en cuatro años en el Real Madrid, se mostró muy voluntarioso en tareas defensivas y ayudó al triunfo con dos goles: uno de ellos tras una buena carrera y definición ‘made in Benzema’. Su generoso trabajo ante el Galatasaray es lo que le demanda la afición del Bernabéu. Y él lo sabe: “Voy a trabajar para cambiar la opinión de la afición”, confesó tras el choque. Sí. Karim siente y padece. Aunque, muchas veces no dé esa imagen y parezca que transporte una parihuela cada vez que trota por un terreno de juego. De momento, su cambio de actitud en Estambul es una buena señal. La otra es su olfato. A pesar de su polémico inicio de temporada, lleva cuatro goles y dos asistencias en cinco partidos oficiales. Con la camiseta del Madrid ya acumula 21 tantos en Champions siendo junto a Santillana y Amancio el sexto máximo goleador la historia del club blanco en esta competición. Y es que la Champions es su torneo talismán: 33 tantos en 54 partidos. El gato comienza a ladrar.
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