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24/4/07: Cuando Kaká silenció Old Trafford

Ruben Cañizaresel

Hubo una vez que Kaká ganó un Balón de Oro. Y era el mejor jugador del mundo. Y se paseaba por Italia y Europa dando recitales de todos los colores. Y sino, que se lo pregunten a los aficionados del Manchester United. Hace casi seis años, un 24 de abril de 2007, Old Trafford asistió ‘ojiplático’ al mejor partido de la carrera deportiva del brasileño. Fue con el Milan, en la vuelta de las semifinales de la Champions League 2006-07. Los italianos habían barrido al United en la ida y llegaron al ‘Teatro de los Sueños’ con un 3-0 de ventaja. Pronto, nada más comenzar el partido, Cristiano Ronaldo hacía creer en la remontada a los suyos colocando el 1-0 en el electrónico. Pero entonces apareció el que entonces era el mejor jugador del mundo, Kaká, para poner las cosas en su sitio.

Primero empató el partido mediada la primera mitad con un golazo marca de la casa: llegada desde atrás en carrera para recibir un pase de Seedorf y sutil zurdazo rasito y al palo largo que supera a Van der Saar. Y poco antes de terminar la primera parte llegó el que él mismo considera «el gol más bello de toda su carrera deportiva». Un uno contra tres ganado por KO. Veamos. Patadón de la zaga rossonera; Kaká porfía con Fletcher; supera al escocés con un suave toque con la cabeza; a continuación, elude a Heinze con un sombrero espectacular llegando a la media luna del área donde con un mágico autopase con la cabeza echa al suelo a Evra y al propio Heinze, para finalizar su obra maestra en una mano a mano con Van der Saar que resuelve con un ‘pase’ con el interior de la bota a las mallas inglesas. Golazo de los que quedan grabados en la retina de todo amante del fútbol. Fue el 1-2. Eliminatoria sentenciada. Y pase a la final donde el Milan se proclamaría campeón del Viejo Continente al derrotar al Liverpool 2-1.

Aquel día, la elegancia, verticalidad y clase de Kaká dio la vuelta al mundo. Su portentosa actuación ante los de Ferguson no solo precedió a la séptima Copa de Europa del Milán, sino que además le valió el Balón de Oro al final de temporada, precisamente por delante de su ahora compañero Cristiano Ronaldo. Es cierto que aquel Kaká no es ni la sombra del que hoy vemos en el Madrid, pero tras el buen partido del brasileño ante el Rayo, la baja forma de Benzema e Higuaín, y el recuerdo de aquella noche mágica de primavera de 2007 en Old Trafford, su titularidad en Manchester no sería nada descabellado.

Kaká suma su peor temporada de blanco. Ha estado más fuera que dentro del Madrid en verano y en invierno; apenas ha jugado más de una decena de partidos; sólo suma dos goles y hasta ha llegado a ser expulsado, algo inaudito en un jugador que no ha dado una mala patada en su vida. Pero la clase se tiene o no se tiene. Y al brasileño le sobra para parar un tren. Quizás el físico sólo le de para 60 minutos, pero en Old Trafford, el Manchester no pondrá el autobús como en el Bernabéu, saldrá a atacar y no especulará; y habrá espacios. Ahí es donde el ‘8’ blanco se siente como cerdo en barro. Saliendo en velocidad, explotando su visión de juego y su último pase, y llegando en carrera para marcar.

Además, a todo ello hay que añadirle el efecto sorpresa. Ferguson ya lo sufrió en 2007. Pero a día de hoy ni se imagina que Kaká pueda ser titular con en Manchester. Y ni mucho menos que pueda eliminarle de nuevo de Europa. ‘Sir’ Alex tiene bien estudiado a Ozil, Ronaldo, Di María o Alonso. Pero la aparición de Kaká puede romper todos sus esquemas y vídeos previos. Ya se la hizo una vez. ¿Por qué no dos? El 5 de marzo lo sabremos.

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Real Madrid Ruben Cañizaresel

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