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Es el tiempo de regresar al nazareno anónimo que no falta nunca, al devoto al que se conoce de vista y que no necesita un cartel para saber que llega la hora
La capilla de San Álvaro
por
Luis Miranda
Es el tiempo de regresar al nazareno anónimo que no falta nunca, al devoto al que se conoce de vista y que no necesita un cartel para saber que llega la hora