El pasado 6 de febrero eclosionó el primer pollo de esta temporada de cría, que abarca desde el otoño hasta la primavera. Desde entonces siete nuevos quebrantahuesos han nacido en el Centro de Cría de Cazorla. Seis de ellos ya están con sus padres biológicos o adoptivos. El séptimo permanece aún bajo los cuidados y atenta mirada de los técnicos, pero esta misma semana será dado en adopción a una experimentada pareja, la formada por la hembra Corba y el macho Cabús. Hasta la temporada anterior se han criado con éxito 30 pollos en el centro de Cazorla. La cría en cautividad de la especie es fundamental para la conservación del quebrantahuesos.
Cabús es un macho del Pirineo andorrano y está emparejado con Corba, que procede de Rusia. Corba es la hembra reproductora más experimentada del Centro de Cría de Cazorla. Nacida en 1974, a sus 38 años, saca adelante a sus propios pollos y también a los que le encomiendan en adopción. ¿Y por qué hay que dar los pollos a otros padres? Porque en condiciones normales, el segundo pollo en nacer de estos buitres suele morir por el acoso de su hermano mayor, que le pica y acapara todo el alimento.
Los quebrantahuesos suelen poner dos huevos, con una semana de diferencia. El pollo que nace el último no tiene un futuro muy halagüeño. Suele morir de hambre porque todo el alimento que traen sus padres lo acapara su hermano mayor, que además le ataca. Esta práctica se denomina cainismo (por la historia bíblica de Caín y Abel).
Para evitarlo, en el centro de cría, todos los huevos son retirados del nido y sustituidos por otros de madera. Eclosionan en el laboratorio, donde los pollos recién nacidos reciben los cuidados de los técnicos durante una semana aproximadamente. Al cabo de este tiempo, cuando se comprueba su buen estado de salud, son devueltos al cuidado de sus padres biológicos o adoptivos, después de retirarles los falsos huevos. Así se garantiza la supervivencia del máximo número de pollos.
Adopciones
La puesta de los huevos de las siete parejas reproductoras actuales de Cazorla han tenido lugar desde febrero hasta marzo. Cabús y Corba fueron los primeros en tener descendencia este año. Su primer pollo tiene ya casi un mes. Y como ocurre en cualquier familia, en breve será destronado por su nuevo hermano, otro pollo adoptado que ocupará el nido principal (la habitación de sus padres), mientras el mayor pasará a otro secundario, explica Marga Limón, Técnico del Centro de Cría en Cautividad del Quebrantahuesos.
Con un mes y alrededor de tres kilos y medio de peso, el joven quebrantahuesos ya es capaz de regular su propia temperatura y también de picotear algo de comida, que a esta edad está compuesta por un 70% de carne. Aún no es capaz de alimentarse de huesos, como sus padres, de donde viene el nombre de la especie. En un par de meses habrá alcanzado el tamaño de los adultos. Y en agosto, estará listo para independizarse.
Con su primer “bebé” casi independiente, Corba y Cabús podrán centrarse en el nuevo pollo adoptado, que requerirá toda su atención para alimentarse y estar caliente. Ya han demostrado ser unos padres atentos y cuidadosos, porque han sacado adelante desde que viven en pareja otros siete pollos en temporadas anteriores. Eso a pesar de que las sus dos últimas puestas no fueron fértiles.
Corba con los dos pollos (en nidos separados) que sacó adelante, junto con Cabús, el año pasado.
Sin embargo, no todas las parejas están a partir un piñón, que decimos los humanos para significar que dos personas se llevan bien, aunque en el caso de los quebrantahuesos sería mejor decir a partir un hueso. La formada por el macho Tus y la hembra Keno ha puesto fin a su vida en común porque tuvieron más que palabras. No llegaron a las mano, porque no tiene, pero sí al pico. Y Tus, después de los afilados reproches de la hembra Keno, tuvo que pasar un par de meses en el centro de recuperación de aves amenazadas de Granada. Una aclaración, lo de las aves amenazadas se refiere a la especie. Aunque en este caso tenga un doble sentido. Ahora viven en jaulas separadas. Tienen dos hijos en común, aunque ya han volado del nido, por lo que no les ha afectado mucho la escaramuza entre sus padres. Una ventaja de tener alas.
Si quieres saber más sobre esta y otras historias entra en la página de Gypaetus. Aquí podrás enterarte de todo lo relacionado con los quebrantahuesos, que se encuentran en la cima de la cadena trófica, ya que se alimentan fundamentalmente de huesos. Y también ver vídeos de cómo construyen el nido o alimentan a sus pollos.
Otros temas Pilar Quijadael