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Blogs Enciende y Vámonos por Rosa Belmonte

Los trajes de la novia

Rosa Belmonte el


 


La gran sorpresa no fue Almodóvar, fue la Sardá. Al menos televisivamente y para la nostalgia de cuando nos gustaban los Goya, cosa que anoche volvió a suceder (cuestión distinta es la audiencia). Y nada mejor que ella dando el testigo (y sí, vale, lo importante es el guión pero nos entendemos). Bueno, lo cierto es que la ceremonia estuvo llena de momentazos y de personajes  escondidos hasta el último momento como si fueran el traje de la novia. Por supuesto, ni Almodóvar ni Sardá ni Javier Bardem entraron por la puerta del paseíllo. Aparecieron dentro. De la sala y de la chistera.


Quien sí apareció en la alfombra verde casi al final fue (qué  mal rollo) Aída Nizar. ¡Como reportera de Vuélveme loca! Se saltó el cordón, se coló y asaltó (agarró) a Luis Tosar, que tenía que haber sacado su alma de Malamadre para semejante encuentro (luego se la llevaron los de seguridad). Cuando le recordé a Tosar el susto, sólo dijo: “Ay, qué fea”. Un adefesio entre tanto bellezón. Ya no sólo casi todas las mujeres. Hasta Luis Tosar gana de cerca y con esmoquin de Zegna. Y hasta Carlos Bardem, ahí es nada. 


 Estaba yo que no aguantaba al reportero de pasillo de Vuélveme loca y van y fichan a Aída para que el espacio me resulte más simpático. En el programa de los fines de semana tienen a un tipo con un micrófono y una cámara por los pasillos de Telecinco, porque a veces no es necesario salir a la calle. Así, se fue a preguntar a Carlos Ferrando y a José Manuel Parada (fijos vintage  de la Campos vintage) por las carantoñas de Chelo García Cortés a Isabel Pantoja en Miami (era uno de los grandes reportajes del domingo; el mismo y único gesto, la mano de Chelo en la cara de Isabel, lo repetían una y otra vez). Dios, es todo tan cutre…


El tío es un perro de presa. Como está haciendo méritos, pregunta, pregunta y vuelve a preguntar lo mismo independientemente de lo que le contesten (como si cobrara por pregunta, como Francisco Rivera le dijo a una). Y los otros no se pueden meter en un coche o en el INSS, no pueden escapar por los pasillos, donde podrían creer estar a salvo, cosa que pudo comprobar Eva Zaldívar. Cuando salió de su entrevista en el Sálvame Deluxe se encontró al tipo, que insistía e insistía. Ella habría firmado un contrato según el cual sólo tenía que contestar a Jorge Javier (y no a Kiko Hernández, por ejemplo, al que llamó ‘ese tío asqueroso’). Pero seguro que no contempló la posibilidad de tener que aguantar a un tipo de la casa acosándola por los pasillos. Es una cláusula que deberían pensarse los futuros entrevistados.

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