Por Alex Costa y Enric Puig – Departamento de Análisis de la Oficina Municipal de Datos – Ayuntamiento de Barcelona
“Barcelona lidera un proyecto europeo de 380 millones para crear chips fotónicos”[1]. Noticias como ésta, publicada hace pocas semanas, alimentan la convicción de que la economía de Barcelona es una Economía del conocimiento. Sin duda, noticias similares van apareciendo en otras de nuestras ciudades, produciendo el mismo efecto.
Estos casos puntuales tienen significado e interés, pero al mismo tiempo adolecen de limitaciones desde varios puntos de vista, por ejemplo, respecto a la comparabilidad temporal, territorial o al análisis sectorial. Superar estas limitaciones supone pasar de las noticias a la estadística. Esto es lo que hemos hecho en el Departamento de Análisis de la Oficina Municipal de Datos (OMD) del Ayuntamiento de Barcelona: una estadística de periodicidad anual, que permite el análisis temporal, territorial y sectorial, siendo además coherente con las estimaciones de ocupación y PIB que se realizan en la OMD[2].
Para desarrollar el proyecto contamos con valiosos precedentes, que encontramos en Eurostat, el INE o Idescat[3]. En todos los casos, la cuantificación utiliza una nomenclatura oficial, que identifica a los sectores intensivos en tecnología o conocimiento, la High-tech industry and Knowledge–intensive services[4]. Esta nomenclatura utiliza la estructura sectorial de la economía a dos dígitos de la CNAE 2009[5]. Por tanto, ésta fue la nomenclatura utilizada en nuestra estadística para identificar los sectores intensivos en tecnología o conocimiento.
Al desarrollar el proyecto encontramos una dificultad inesperada: la High-tech industry and Knowledge–intensive services, a pesar de ser de obligada aplicación, no gustaba mucho a los analistas de nuestro entorno. La identificación de sectores de servicios intensivos en conocimiento es bastante laxa, incluyendo algunas actividades que en nuestra economía es dudoso que puedan ser consideradas como tales. El problema podía resolverse en el segundo nivel de la nomenclatura, obteniendo resultados interesantes en este segundo nivel. Pero este segundo nivel es un poco problemático. Parece que se ha ensamblado el segundo nivel de la clasificación para la industria, que es jerárquico (alta y media-alta tecnología), con un segundo nivel para los servicios, que es temático (actividades financieras, empresariales, de la administración pública, etc.).
Con la colaboración de los analistas de Barcelona Activa, manteniendo la aplicación de la nomenclatura al primer nivel, definimos un segundo nivel identificando las actividades que están en el corazón de la economía del conocimiento, actividades que etiquetamos como “Sectores de alta intensidad en tecnología o conocimiento”. Este núcleo incluye en total catorce códigos a dos dígitos: toda la industria del primer nivel y, en los servicios, la Información y comunicaciones, R+D, sedes centrales, Arquitectura e Ingeniería. Se constató que, tanto desde el punto de vista del peso de este núcleo como por su productividad y evolución, se obtenían unos resultados realistas a juicio de los expertos y analistas de nuestro entorno[6].
Resultados
En el primer informe sobre la Economía del conocimiento de Barcelona se ofrecen resultados para el período 2018-2022. El peso de los sectores intensivos en tecnología o conocimiento es prácticamente del 50% del VAB de la ciudad, siendo algo más del 17% las actividades de alta intensidad. Desde 2018 estas actividades, núcleo de la Economía del conocimiento, han aumentado 3,3 puntos porcentuales su participación sobre el total de VAB.
En el gráfico se puede ver la evolución en el período. Se constata que mientras toda la economía creció un 13%, los sectores intensivos en tecnología o conocimiento crecieron un 21%. De éstos, los de alta intensidad, llegaron a aumentar su VAB desde 2018 en un muy notable 38%. Es significativo, además, ver en el gráfico la respuesta a la crisis de 2020 ya que, tal como recoge la literatura, una de las características de estos sectores es su resiliencia frente a las crisis.
En el informe se presenta un análisis sectorial más detallado, que muestra una importante diversidad en la dinámica de las distintas actividades intensivas de tecnología y conocimiento. Esta información y la estadística completa pueden consultarse en el informe[7].
Evolución del VAB. Desagregación según intensidad en tecnología o conocimiento. 2018 = 100. Barcelona.
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[1] https://www.lavanguardia.com/ciencia/20241114/10105003/barcelona-lidera-proyecto-europeo-380-millones-crear-chips-fotonicos.html
[2] Se decidió trabajar con PIB/VAB porque analíticamente puede ser más interesante (por ejemplo, para análisis de productividad).
[3] https://ec.europa.eu/eurostat/databrowser/view/tsc00011/default/table?lang=en
https://www.ine.es/dyngs/ODS/es/indicador.htm?id=5064
https://www.idescat.cat/indicadors/?id=ue&n=14434&t=202300
[4] [4]Metadatos: https://ec.europa.eu/eurostat/cache/metadata/en/htec_esms.htm
Correspondencia NACE: https://ec.europa.eu/eurostat/cache/metadata/Anexos/htec_esms_an_3.pdf
[5] Próximamente deberemos adaptar la estadística a la CNAE 2025.
[6] El detalle de la nomenclatura se encuentra en el informe de la OMD.
[7] https://portaldades.ajuntament.barcelona.cat/ca/documents/oai:bcnroc.ajuntament.barcelona.cat:11703/138661
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