Por Juan de Lucio – Profesor-Investigador UAH – @Juan_de_Lucio
La confianza crea los lazos y el tejido personal y social para el desarrollo. Según Locke, la confianza crea los vínculos que legitiman al poder. La confianza pone los cimientos sobre los que construir. En Economía, la confianza tiene los mismos efectos. En palabras de John Stuart Mill “La ventaja para la humanidad de poder confiar unos en otros penetra en todos los rincones de la vida humana: lo económico es quizás la parte más pequeña, pero incluso es incalculable.” (Principios de Economía Política, 1848).
Los esnobs dirán que la confianza es un concepto fluido y multifacético. No me atrevo a caracterizarlo en unas pocas líneas. Únicamente pretendo llamar la atención sobre la importancia de cuidar la confianza. Preservar y aumentar la confianza: social, institucional, económica, interpersonal y, por qué no decirlo, la autoconfianza, es prioritario para progresar.
Muchos están perdiendo la confianza en las instituciones incluso en la democracia. En épocas de incertidumbre, como la actual, la confianza lo es todo. La economía española y mundial están salpicadas de constantes incertidumbres. A nivel global tenemos muchos ejemplos como: la guerra en Ucrania, los problemas comerciales entre China y EEUU, los problemas sanitarios, la evolución de los precios de las materias primas energéticas, la inflación y la subida de tipos. En España no son pocas las incertidumbres de carácter político o económico.
En este contexto es pertinente mirar la evolución de los indicadores de confianza económica. Hace años, en las Cámaras de Comercio, creamos un indicador de confianza empresarial que hoy mantiene actualizado el INE. De acuerdo con este indicador acabamos de retomar los niveles de confianza previos a la crisis COVID-19. De hecho, son de los más elevados de la serie histórica (11 años) y con un comportamiento positivo por sectores y por Comunidades Autónomas. El gráfico 1 muestra que los efectos del COVID-19 sobre la confianza han sido más duraderos que sobre otros indicadores económicos. Esta lenta recuperación pone de manifiesto que cuando se rompe la frágil confianza es difícil volver a recomponerla. El índice correspondiente a las perspectivas para el tercer trimestre es el primer periodo en el que tanto el indicador de situación como el de expectativas se sitúan en el terreno positivo.
Gráfico 1: Confianza empresarial España
Fuente: INE y elaboración propia
A escala regional, la situación es también bastante positiva. El Gráfico 2 presenta la evolución de la confianza en el tercer trimestre de los últimos 5 años. El Índice de Confianza Empresarial (así como el indicador de resultados y expectativas) creció, en relación con el mismo trimestre del año anterior, en todas las comunidades autónomas, excepto en Baleares. La confianza de las empresas está en niveles elevados. Es importante conservar estos niveles elevados tomando las iniciativas necesarias para que las empresas sigan confiando.
Quien erosione la confianza a sabiendas, debe compensar por los costes sociales que ocasiona. Este principio parece que debería mantenerse tanto en economía, como en política, como en lo personal. Quien rompe, paga.
Gráfico 2: Confianza empresarial España por CCAA. Tercer trimestre de los últimos cinco años.
Fuente: INE y elaboración propia
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