Hace algunos días hice unas reflexiones sobre tres importantes retos empresariales de este nuevo mundo en el que vivimos:
-Geopolítica.
-Demografía.
-Disrupción tecnológica.
Tres retos que las empresas tienen que afrontar para orientar sus estrategias.
Existe un cuarto reto del cual hoy quiero hablar, un reto que nace desde nuevas sensibilidades sociales, es el reto de la «Sostenibilidad», es decir un profundo replanteamiento de las relaciones de los grupos humanos entre sí y con el medio ambiente.
Todos compartimos que la finalidad de las empresas es hacer negocio y, claramente, las bien gestionadas tienen un papel muy importante en la sociedad.
Las empresas crean trabajo, forman talentos, promueven investigaciones, empujan la innovación, ofrecen productos y servicios, contribuyen con sus impuestos etc..
Todo esto es mucho, pero hoy no es suficiente, la sociedad y los mismos inversores piden a las empresas nuevas sensibilidades, piden una mayor atención al ambiente y al entorno social.
Hoy se aprecia que el «business» sea sostenible, es decir, que tenga un positivo impacto ambiental y social.
En los últimos tiempos las crisis económicas y los problemas climáticos han hecho que el concepto de Responsabilidad social corporativa en la empresa haya tomado más relevancia.
La RCC en muchos casos ha mejorado la reputación de la empresa y también ha mejorado el sentimiento de pertenencia y la motivación entre los empleados.
La RCC ya es parte de las responsabilidades del consejo de administración y su actividad se anota en la memoria anual de las empresas.
Crecen los inversores que creen que una empresa socialmente responsable representa una mejor oportunidad de inversión a medio/largo plazo, por su menor riesgo reputacional.
Hoy el sentimiento común pide un capitalismo más responsable.
Un sistema político/económico más responsable en sus instituciones y en sus empresas públicas y privadas.
La RCC tiene el objetivo de crear valor a largo plazo y compartirlo con sociedad y accionistas, por eso se habla de valor compartido.
Creación de valor compartido significa, entre otros, minimizar las emisiones, evitar dispersión de agentes químicos o electromagnéticos, crear energía limpia, valorar y cuidar la diversidad y la dignidad humana, activar acciones sociales para ayudar a las personas más vulnerables, cuidar la saludabilidad de los productos en general y de los alimentos en particular, concienciar sobre una vida más equilibrada y sana para prevenir las enfermedades etc…
Las empresas socialmente responsables, que crean valor y lo comparten, tienen otro papel que es el de dar a conocer, a comunicar sus iniciativas para que más empresas se apunten determinando así un circulo virtuoso.
En este proceso los medios de comunicación tienen que ser parte activa de la difusión de estas positivas acciones sociales.
Si todos nuestros actos siguiesen la vía del respecto de la vida, de nuestro entorno y de la ayuda a quien lo necesita, nuestra sociedad sería mejor, mejor para todos, personas y empresas.
Economía