Vuelve de su escondrijo suizo de lujo una reivindicativa y gritona Marta Rovira. El discurso fue tan vacuo, previsible y repetitivo, que ninguna IA podría haberlo generado -antes, habría preferido autodesinstalarse del dispositivo. Los líderes nacionalistas e independentistas son pioneros en llamar imbéciles a sus electores, explícita, implícita o perifrásticamente, pero oigan, no les ha ido tan mal. ¡Salve, luchadora Rovira, y cuando vengan mal dadas, corre, CORRE (…Forest)!
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