En la localidad de Onoway, un pequeño pueblo de Canadá, los ciudadanos quedaron sorprendidos al descubrir que el agua que salía del grifo era de color rosa fluorescente.
Ocurrió después de la fuga de una sustancia química en una planta de tratamiento local. El color se debió a una reacción del permanganato de potasio, compuesto que se utiliza frecuentemente para retirar el hierro y el sulfuro de hidrógeno del agua.
El incidente no tuvo ningún riesgo para la población.
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