Una mujer llamada Svetlana Kuzina logró captar extraños sonidos cuando caminaba sobre el lago congelado de Akkemskoye, en Siberia.
El ruido similar al canto de una ballena provenía del fondo del lago y afirmó que se trataba de un contacto extraterrestre. También afirmó que el ruido cambia constantemente, puede ser suave, bajo o tranquilo.
Sin embargo, según explicaron los expertos, la acústica proviene de la constante expansión del hielo. Este desplazamiento natural produce una gama de sonidos de alta y baja frecuencia.